- La COVID-19 ha cambiado nuestra percepción de la movilidad y la seguridad vial
- Caminar más e ir en bici, son hábitos de movilidad promovidos por la situación generada por la COVID-19 especialmente beneficiosos para las ciudades y la población.
El webinar “Salud, seguridad vial y COVID-19” organizada por Fesvial en colaboración con la Dirección General de Tráfico y el Ministerio de Sanidad, se focalizó en informar y reflexionar sobre cómo la COVID-19 está afectando a las personas a nivel de salud y seguridad vial, y qué cambios deben realizar tanto las personas, como la sociedad y las propias administraciones para adaptarse a esta situación excepcional.
Para analizar esta nueva situación generada se contó con la participación de Paula Márquez, Subdirectora adjunta del Observatorio Nacional de la Seguridad Vial en la DGT, y Soledad Justo Gil, jefa de servicio del Área de Prevención del Ministerio de Sanidad.
Las principales líneas del debate pasaron por reseñar cómo los desplazamientos actuales se están viendo afectados por factores de riesgo estrechamente relacionados con la pandemia y que pueden derivar en accidentes de tráfico, cómo se están consolidando nuevas formas de movilidad y cómo los cambios que se están produciendo pueden ser una oportunidad para adquirir hábitos de movilidad más saludables y sostenibles con el medio ambiente.
La COVID-19 ha producido un cambio en algunos aspectos de movilidad y seguridad vial , que deben aprovechar como oportunidades. Nos ha mostrado qué ocurre en nuestras ciudades cuando no hay vehículos, convirtiendo a la ciudad en la gran protagonista, con una circulación más fluida y potenciando el transporte público, así como la integración segura en el tráfico de las nuevas formas de movilidad.
Se han flexibilizado los horarios y se ha promovido el teletrabajo lo que ha contribuido al calmado del tráfico y a aplanar los picos que representaban las horas punta, reduciendo las altas concentraciones de vehículos en los accesos a las ciudades. Esta reducción del tráfico motorizado privado durante el confinamiento ha permitido entre otros logros que las ciudades tengan un aire más limpio con menos contaminación (uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles) y menos ruido.
Caminar más e ir en bici, hábitos de movilidad potenciados por la COVID-19 que son beneficiosos para las ciudades y la población
Además, han irrumpido prácticas beneficiosas, tanto para la salud como para la movilidad, como la reorganización del espacio urbano ganando espacio para el peatón y las bicicletas, aumentado la movilidad activa y saludable y disminuyendo el sedentarismo, con los beneficios que conlleva para la salud y bienestar de la población.
Los desplazamientos actuales se están viendo afectados por factores de riesgo estrechamente relacionados con la pandemia.
Los principales factores concurrentes en los accidentes mortales durante el estado de alarma (con exclusión del alcohol y las drogas, cuya presencia no se conocerá hasta más adelante) han sido:
Conducción distraída, presente en el 44% de los accidentes mortales frente al 38% a principios de año, y al 35% del 15 de marzo al 6 de mayo de 2019. Podría estar relacionado con el estrés, la ansiedad, las preocupaciones derivadas de la situación vital, la fatiga, pudiendo favorecer comportamientos de riesgo como la velocidad inadecuada o el consumo de alcohol y otras sustancias. Es importante velar por la salud emocional de los conductores esenciales, como son los conductores / as profesionales.
Velocidad inadecuada, presente en el 27% de los accidentes mortales frente al 24% a principios de año, y el 30% en 2019.
Otras infracciones, en el 15% de los accidentes mortales (ídem. Principios de este año, y 21% en 2019).
Cansancio o sueño, en el 15% de los accidentes mortales, frente al 9% a principios de este año, y el 15% en 2019.
Por ello las principales recomendaciones que se ofrecen desde las administraciones competentes en seguridad vial y salud para volver a conducir de un modo seguro después de un período de confinamiento son:
Vuelta a la conducción progresiva
Reducir los periodos de conducción
Planificar descansos frecuentes
Evitar conducir si nos encontramos cansados / as, notamos alteraciones cognitivas o de la atención, detectamos problemas de visión, etc…
Consultar el prospecto de los medicamentos especialmente si nos pueden afectar la conducción.
En conclusión, sin olvidar que la prevención tanto de COVID-19 como de la siniestralidad vial es responsabilidad de todas las partes implicada (administraciones, empresas, sociedad, etc.), es necesario apelar a la responsabilidad de cada persona. Tal y como dijo Paula Márquez, como conductores o personas que interactuamos con la seguridad vial y la movilidad “si hay un momento en el que podemos demostrar que somos un buen conductor es precisamente ahora. Los conductores debemos tener conciencia que no debemos ser parte del problema sino de la solución ”.
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