DE MAL EN PEOR
Nos fuimos con la mosca detrás de la oreja, y llegamos peor y… lo que te rondaré morena.
Me pregunto: ¿De todo esto se puede sacar algo positivo?
Desde el punto de vista sanitario no, y como consecuencia el asunto económico está rompiendo todos los moldes.
La razón sanitaria impone una serie de normas para capear el temporal: las mascarillas, distancia y la higiene, hasta que no llegue la vacuna que ponga punto final al Covid-19. Pero es que, en los últimos meses, hemos sacado lo peor del ser humano. Cuando vivir sin miedo no es una opción, gran parte de la juventud saca toda la energía contenida durante el confinamiento y hace caso omiso a las normas que nos han impuesto para poder sobrellevar la pandemia. Fiestas en locales cerrados, baile, música, no mascarillas y distanciamiento cero, ¡vamos todo lo contrario de lo estipulado socialmente! Como consecuencia, más contagios, y todos abocados a una nueva oleada que al final terminará con nuevas normas restrictivas.
Otra pregunta que me hago es si saben que, exponiéndose a los contagios, pueden a su vez contagiar a sus padres o abuelos, o gente mayor o enferma. ¿Por qué lo hacen?
No sé ustedes, pero hemos vivido un verano raro, extraño, todos con mascarillas, distancia social incluso con la propia familia, y aquellos que han tenido la oportunidad de vacacionar en hoteles o fuera de sus casas habituales han podido comprobar en sus propias carnes las inusuales vacaciones caniculares que hemos padecido desde todos los puntos de vista.
Otro de los aspectos atípicos han sido las salidas y entradas de vehículos estas vacaciones en puentes, fines de semanas, o en quincenas, semanas o fechas señaladas.
La movilidad ha sido más escasa y gradual ─no estaba el horno para bollos─, la mayoría hemos pensado que quedarnos en casa ha sido más seguro y económico.
Las cifras de siniestralidad de la DGT este verano, han bajado con respecto a otros años, pero también tengo claro que las infracciones no han variado mucho: exceso de velocidad, distracciones, no llevar el cinturón, etc. Y las locuras de los “de siempre”, aquellos a los que las normas les trae sin cuidado, sí, aquellos que se exponen a un contagio para a su vez perjudicar a su círculo más cercano, esos, los mismos que les trae al pairo que puedan hacer daño a los demás por no cumplir las normas.
En definitiva, DE MAL EN PEOR, cuando solo impera la razón en una sociedad castigada por una pandemia, hay otros factores que desestabilizan la conciencia de unos pocos y que hacen que socialmente solo el caos predomine.
Y si se dan cuenta, todo tiene que ver con todo, el escaparate sanitario por el que estamos pasando es un reflejo de una sociedad que mayoritariamente responde, pero que nos llama más la atención los “locatis”, que son el propio reflejo en cifras y casos de los que transitan por las carreteras del mundo.
Esta semana han comenzado los colegios en España, los datos de contagios no son muy halagüeños en Europa, habrá que esperar si todo el esfuerzo que han puestos los colegios españoles en prevenir los contagios entre los chavales dan resultados. De momento, los padres están con el agua al cuello, porque no se garantiza al 100 por cien que sus hijos no vayan a contagiarse. Es un buen momento para que los padres y los docentes aúnen esfuerzos para que la educación siga su curso.
Como primera iniciativa, el grupo de trabajo pediátrico ha elaborado un decálogo de cara a la inminente vuelta al cole y, bajo el lema Vuelta al cole, todo un reto, todos contamos, los expertos declaran los siguientes puntos.
Con mis mejores deseos de salud para todos, nos ponemos en marcha una temporada más para mantenerles informados de todo cuando tenga que ver con el mundo del motor y, sobre todo, sobre la seguridad vial.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotosevilla@gmail.com
Me pregunto: ¿De todo esto se puede sacar algo positivo?
Desde el punto de vista sanitario no, y como consecuencia el asunto económico está rompiendo todos los moldes.
La razón sanitaria impone una serie de normas para capear el temporal: las mascarillas, distancia y la higiene, hasta que no llegue la vacuna que ponga punto final al Covid-19. Pero es que, en los últimos meses, hemos sacado lo peor del ser humano. Cuando vivir sin miedo no es una opción, gran parte de la juventud saca toda la energía contenida durante el confinamiento y hace caso omiso a las normas que nos han impuesto para poder sobrellevar la pandemia. Fiestas en locales cerrados, baile, música, no mascarillas y distanciamiento cero, ¡vamos todo lo contrario de lo estipulado socialmente! Como consecuencia, más contagios, y todos abocados a una nueva oleada que al final terminará con nuevas normas restrictivas.
Otra pregunta que me hago es si saben que, exponiéndose a los contagios, pueden a su vez contagiar a sus padres o abuelos, o gente mayor o enferma. ¿Por qué lo hacen?
No sé ustedes, pero hemos vivido un verano raro, extraño, todos con mascarillas, distancia social incluso con la propia familia, y aquellos que han tenido la oportunidad de vacacionar en hoteles o fuera de sus casas habituales han podido comprobar en sus propias carnes las inusuales vacaciones caniculares que hemos padecido desde todos los puntos de vista.
Otro de los aspectos atípicos han sido las salidas y entradas de vehículos estas vacaciones en puentes, fines de semanas, o en quincenas, semanas o fechas señaladas.
La movilidad ha sido más escasa y gradual ─no estaba el horno para bollos─, la mayoría hemos pensado que quedarnos en casa ha sido más seguro y económico.
Las cifras de siniestralidad de la DGT este verano, han bajado con respecto a otros años, pero también tengo claro que las infracciones no han variado mucho: exceso de velocidad, distracciones, no llevar el cinturón, etc. Y las locuras de los “de siempre”, aquellos a los que las normas les trae sin cuidado, sí, aquellos que se exponen a un contagio para a su vez perjudicar a su círculo más cercano, esos, los mismos que les trae al pairo que puedan hacer daño a los demás por no cumplir las normas.
En definitiva, DE MAL EN PEOR, cuando solo impera la razón en una sociedad castigada por una pandemia, hay otros factores que desestabilizan la conciencia de unos pocos y que hacen que socialmente solo el caos predomine.
Y si se dan cuenta, todo tiene que ver con todo, el escaparate sanitario por el que estamos pasando es un reflejo de una sociedad que mayoritariamente responde, pero que nos llama más la atención los “locatis”, que son el propio reflejo en cifras y casos de los que transitan por las carreteras del mundo.
Esta semana han comenzado los colegios en España, los datos de contagios no son muy halagüeños en Europa, habrá que esperar si todo el esfuerzo que han puestos los colegios españoles en prevenir los contagios entre los chavales dan resultados. De momento, los padres están con el agua al cuello, porque no se garantiza al 100 por cien que sus hijos no vayan a contagiarse. Es un buen momento para que los padres y los docentes aúnen esfuerzos para que la educación siga su curso.
Como primera iniciativa, el grupo de trabajo pediátrico ha elaborado un decálogo de cara a la inminente vuelta al cole y, bajo el lema Vuelta al cole, todo un reto, todos contamos, los expertos declaran los siguientes puntos.
- Los centros educativos de la provincia de Sevilla se han preparado para ser entornos seguros. Las familias deben colaborar en seguir escrupulosamente las indicaciones de estos mismos centros.
- Padres y madres deben implicarse activamente en el fomento de las medidas de higiene y prevención recomendadas para sus hijos, asumiendo que, a mayor edad del menor, mayor responsabilidad.
- Los adultos deben transmitir tranquilidad. Diversos estudios científicos ya han demostrado que, generalmente, los niños resultan poco afectados por la COVID19, y en la mayoría de casos, de forma leve.
- Los padres y los niños deben usar mascarilla y mantener la distancia de seguridad recomendada. Igualmente, deben usar gel hidroalcohólico de manera regular, así como lavarse las manos con jabón frecuentemente. También es importante la ventilación de las aulas y otros espacios cerrados, y evitar hablar en voz alta, gritar y cantar.
- Cada niño debe utilizar su propio material escolar, sus libros y su gel, así como llevar una botella de agua y un paquete de pañuelos desechables.
- Los padres no deben agruparse con otros progenitores en la entrada y salida de los centros.
- El aislamiento y las medidas que el niño practica en el centro deben extenderse en otros entornos extraescolares como parques y zonas de deporte y ocio.
- La protección de los abuelos sigue siendo fundamental y prioritaria. Siguen siendo los más vulnerables.
- No se debe llevar al niño al centro si está con fiebre u otros síntomas sugestivos o sospechosos (o que pudiesen estar relacionados) con la COVID-19.
- Su pediatra, su médico, no decide qué niño va o no al centro. La responsabilidad última es de los padres.
Aquí por estos lares se está poniendo "toda la carne en el asador" como entenderán en todos los órdenes importantes de las vida hay que aunar esfuerzos para entre todos, ganar también la batalla a la seguridad vial. ¡Juntos, somos capaces"
Con mis mejores deseos de salud para todos, nos ponemos en marcha una temporada más para mantenerles informados de todo cuando tenga que ver con el mundo del motor y, sobre todo, sobre la seguridad vial.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotosevilla@gmail.com
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