Alemania y Francia han
centrado sus ayudas públicas al sector de la automoción en incentivar las
compras de vehículos electrificados, ya sea a través de la compra o del
desarrollo de infraestructuras de recarga. Con estos planes, ambos países
quieren tomar posiciones en la carrera de la electrificación.
En el caso de Alemania, el
Estado aprobó un paquete de incentivos para el sector de la automoción que
alcanza los 11.700 millones de euros. De esta dotación presupuestaria, 2.200
millones de euros irán destinados al incentivo de compra de vehículos cero
emisiones y a flotas de vehículos eléctricos. Además, se destinarán otros 2.500
millones de euros al desarrollo de infraestructuras de recarga y a la
producción de baterías, mientras que otros 7.000 millones de euros se dedicarán
a intensificar el uso del hidrógeno como energía.
Asimismo, Alemania ha dejado
fuera de estos planes de incentivos a los modelos propulsados por motores de
combustión interna (diésel y gasolina). Estos modelos se beneficiarán de la
reducción del IVA del 19% al 16%, que también presentó Angela Merkel con el
objetivo de reactivar la demanda de vehículos en el país germano.
Tal y como señaló la canciller
alemana, "la reducción del IVA supondrá un claro descuento para todas las
clases de automóviles, pero también lanzaremos unos incentivos específicos a la
movilidad eléctrica, dentro de los cuales habrá inversiones en infraestructura
de recarga".
Francia, por su parte,
presentó un plan de ayudas de 8.000 millones de euros a esta industria a través
de distintos planes de incentivos para paliar los daños que ha causado la
pandemia del coronavirus. De ellos, 7.000 millones irán destinados a la
producción de vehículos eléctricos en Francia en los próximos cinco años y
otros 1.000 servirán para incentivar la demanda. Para entonces, Macron quiere
que en su país se produzcan un millón de vehículos electrificados.
Los primeros 5.000 millones de
euros han ido a parar a Renault, del que estado galo posee un 15% del capital.
El resto irá destinado a la adecuación de las plantas para que se dediquen a la
producción de eléctricos y a un plan que incentive la demanda.
Ayudas en España
¿Y en España? De momento,
habrá que esperar. El Ejecutivo de Pedro Sánchez prepara un plan de ayudas para
el sector de la automoción el cual se presentará en "lo antes
posible", el cual se perfilará en seis medidas de ejecución: la renovación
del parque de vehículos con incentivos para adquirir automóviles sostenibles,
la inversión en I+D+i, la fiscalidad, la liquidez y financiación de las
empresas afectadas, la inversión en los medios de fabricación y las medidas en
el ámbito laboral.
Mientras que Alemania (primer
productor europeo y cuarto mundial) y Francia (tercer productor europeo y
décimo mundial) basan sus planes de ayudas a la automoción en la carrera por la
electrificación, el papel de España (segundo productor europeo y octavo
mundial) es más complejo. En primer lugar, porque mientras que los socios
europeos poseen porcentajes del capital en cada uno de sus principales
fabricantes, España no forma parte del capital de ninguna automovilística, lo
que complica su posición de negociación.
Además, este año entra en
vigor la normativa europea WLTP con la que la Unión Europea evaluará las
emisiones de los vehículos vendidos por los distintos grupos automovilísticos en
el Viejo Continente. El objetivo de la misma es que la media de las emisiones
de los vehículos vendidos no genere más de 95 gramos de CO2 por kilómetro
recorrido. En caso de no cumplir con estos niveles, las compañías se exponen al
pago de multas millonarias, ya que tendrán que abonar 95 euros por cada gramo y
vehículo vendido que supere estas cifras.
España solo tiene 5.800 puntos
de recarga
Uno de los principales
problemas para la electrificación del parque automovilístico español es la
falta de puntos de recarga con las que cuenta España. Según la web electromaps,
en España hay un total de 5.831 puntos de recarga, una cifra baja si se compara
con la de Francia, que cuenta con 11.219, y la de Alemania, que tiene 10.531.
En lo que a conectores se refiere, en España hay 15.390 enchufes disponibles
para recargar los vehículos electrificados, una cifra inferior a la que
presentan Francia (24.561) y Alemania (23.478). Esta situación complica la
penetración de este tipo de modelos en las carreteras españolas, ya que la
falta de estas infraestructuras dificulta la adquisición de vehículos
eléctricos o híbridos enchufables.
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