Alemania y Francia han
centrado sus ayudas públicas al sector de la automoción en incentivar las
compras de vehículos electrificados, ya sea a través de la compra o del
desarrollo de infraestructuras de recarga. Con estos planes, ambos países
quieren tomar posiciones en la carrera de la electrificación.
En el caso de Alemania, el
Estado aprobó un paquete de incentivos para el sector de la automoción que
alcanza los 11.700 millones de euros. De esta dotación presupuestaria, 2.200
millones de euros irán destinados al incentivo de compra de vehículos cero
emisiones y a flotas de vehículos eléctricos. Además, se destinarán otros 2.500
millones de euros al desarrollo de infraestructuras de recarga y a la
producción de baterías, mientras que otros 7.000 millones de euros se dedicarán
a intensificar el uso del hidrógeno como energía.