¡AVISO A NAVEGANTES!
Una vez que seamos capaces de
reducir el contagio del CORONAVIRUS, y
controlemos la pandemia, habrá que hacer balance humano y económico de cuánto nos ha costado esta negligencia, temeridad o misteriosa
aparición de un virus que ha hecho estragos en la sociedad mundial.
De momento, en el sector que
nos ocupa aquí, si antes de que apareciera el susodicho virus eran preocupantes
las cifras de ventas, hoy por hoy los datos no lo son menos.
La propagación del
coronavirus, COVID19, en todo el mundo ha supuesto un duro golpe para el
sistema sanitario, económico y el tejido industrial de muchos países afectados.
El sector de la automoción, en su compromiso con las autoridades sanitarias, ha
paralizado en bloque su actividad de producción y comercialización de vehículos
en todo el territorio nacional. Las previsiones que se manejaban hasta ahora
han quedado obsoletas dadas las circunstancias excepcionales que afronta el
país en estos momentos, al prolongarse el estado de alarma. Todo ello va a
condicionar la evolución no solo del automóvil, sino también de la economía,
del empleo y de la confianza de los consumidores a lo largo del año y
posiblemente en años posteriores.
Esta situación ha motivado que
la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC, y la patronal de concesionarios FACONAUTO hayan
empeorado sus previsiones de mercado para el cierre
de año. El mercado, según las estimaciones consensuadas entre ambas, va a caer entre
un 40% y un 45% en el conjunto de 2020, con unos volúmenes cercanos a las
700.000 unidades. Este escenario ya tiene en cuenta un periodo de estado de
alarma y confinamiento de dos meses, con una desescalada progresiva desde el
mes de mayo, y una caída del PIB de entre el 5% y el 6%. Los dos primeros
trimestres posteriores a la finalización del estado de alarma serán duros en
cuanto a las ventas de vehículos, por el incremento exponencial de la
incertidumbre económica entre los consumidores, con tendencia a ir mejorando
lentamente a partir del verano, siempre con cifras de comercializaciones muy
por debajo de las registradas en 2019 y cercanas a las peores estadísticas de
la crisis económica de hace una década.
Todos,
sin excepción, tenemos que funcionar como un
resorte, para que los ERTES sean un mal sueño, y para alegrar el mercado con
los medios más creativos, y vuelva a crear la necesidad de animar a futuros
compradores a invertir en el coche de hoy que es,
sin duda, el más seguro, el mejor equipado y con mejores motorizaciones.
Estoy convencido del trabajo y
la perseverancia de la familia del mundo del motor, donde hay grandes
profesionales, en un corto plazo de tiempo el sector del automóvil volverá a
salir a flote. Es tanto lo que estos hombres y mujeres le han dado a la
sociedad que estoy seguro que no tardará mucho tiempo en que esta se lo
devuelva con creces.
Pero siendo más objetivo, poco
a poco entre todos iremos enderezando una maltrecha economía que ha quedado
tocada, démonos tiempo, somos capaces de esto y de mucho más.
Los beneficios no serán
visibles a corto plazo, pero el mercado se regenerará y volverá a ser
competitivo. Ahora lo importante es contener el VIRUS que tanto daño ha hecho y
volver a retomar el ritmo laboral, fortaleciendo los distintos tejidos
comerciales, no querer comernos el mundo en dos días y ofrecer oportunidades
para que el dinero se mueva. ¡Aviso a navegantes! Entidades financieras,
instituciones, ahora es el momento de que rememos todos en la misma dirección.
Con mis mejores deseos de
recuperación en todos los sentidos, con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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