sábado, 4 de mayo de 2019

LA ROTONDA


¡NOS VAMOS A LA FERIA!



Me temo que hoy empieza una de las Ferias más importantes del mundo. Aquella Feria que un vasco y un catalán se idearan para el mercadeo de ganado, y ha desembocado en lo que hoy es la Feria de Sevilla.

Colorido, alegría, desenfado y cordialidad conforman los calificativos que, después de los años, confirman una ciudad efímera compuesta por casas que son “casetas”, donde la gente baila, come, bebe, vende y afronta distendidamente sus despreocupaciones durante siete días.

Más de trecientas mil bombillas les dan luz a estas calles con nombres de insignes toreros, una feria como todas, donde se llega, te diviertes y al final hay que regresar a nuestra casa real o a nuestro trabajo. Así son todas las fiestas.


Pero permítanme que no les agüe la feria. El control de lo que se hace, rige sin duda nuestro futuro a corto plazo. No hace falta ser “un lince” para poner en marcha nuestro sentido común. Dicen los sabios “el más común de todos nuestros sentidos”, y entender que si nos vamos de feria y sabemos que vamos a beber distendidamente, lo más razonable es dejar nuestro vehículo en casa: coche, moto, bicicleta o monopatín. Nuestra seguridad y la de los demás está en juego cuando los sentidos físicos están mermados por la ingesta de alcohol.

El alcohol, probablemente sea el factor de riesgo más importante para sufrir un accidente de tráfico.

El alcohol es una droga psico depresora que, incluso en pequeñas dosis, influye negativamente en la conducción, ya que perturba las aptitudes del conductor.

Probablemente sea el factor de riesgo más importante para sufrir un accidente de tráfico.

Conviene recordar que las cantidades de alcohol ingeridas no afectan de la misma forma a todas las personas. Los efectos del alcohol dependen de:

Las condiciones personales como la edad, el hábito y la costumbre.
La constitución física del conductor, ya que, a mayor peso, es necesario ingerir mayor cantidad de alcohol para lograr el mismo nivel de intoxicación.

Modalidades de la ingestión, como la cantidad de bebida, su concentración, en ayunas o durante las comidas, tiempo o ritmo de consumo de la bebida, o que el alcohol esté gasificado o caliente, ya que estas condiciones potencian la rapidez de aparición del alcohol en sangre.

El alcohol es un tóxico que afecta al sistema nervioso central y que siempre tiene efecto depresor, aunque se manifiesta primero con una aparente estimulación por un cuadro de excitación y posteriormente sedación.

Síntomas según la tasa de alcoholemia
De 0,3 a 0,5 g/l, es el inicio de la zona de riesgo

Excitabilidad emocional, disminución de la agudeza mental y de la capacidad de juicio.
Relajación y sensación de bienestar, deterioro de los movimientos oculares, distorsión de las distancias o “efecto túnel”, y debilidad en la percepción de luces móviles.
De 0,5 a 0,8 g/l

Reacción general lenta y comienzo de la perturbación motriz, con pérdida de la capacidad de concentración e intuición y falta de coordinación.
Trastornos en la visión y alteraciones del equilibrio.
Mala percepción de la luz roja.
Euforia, optimismo y disminución de la inhibición e inestabilidad emotiva, con incremento de la valoración de la propia capacidad y el deseo de manifestarla.
Exceso de la confianza en sí mismo con desprecio de las señales.
Comienzo de la impulsividad y agresividad al volante.
De 0,8 a 1,5 g/l

Estado de embriaguez importante, reflejos muy perturbados y lentitud de las respuestas.
Pérdida del control preciso de los movimientos y problemas serios de coordinación.
Torpeza expresiva y motora.
Disminución del rendimiento intelectual, con dificultad en las actividades mentales, como memoria y capacidad de juicio.
Aparición de estados emocionales de agresividad ante contrariedades. Conducción temeraria.
Disminución notable de la vigilancia y de la percepción del riesgo.
De 1,5 a 2,5 g/l

Embriaguez neta con posibles efectos narcóticos y confusión.
Cambios conductuales imprevisibles y notable confusión mental.
Visión muy borrosa, actitud titubeante y falta de coordinación de movimientos.
Más de 2,5 g/l

Embriaguez profunda, estupor con analgesia y progresiva inconsciencia.
Abolición de los reflejos, parálisis e hipotermia. Puede desembocar en coma.
Imposibilidad de conducir.
Una vez alcanzado el mismo nivel de alcohol en sangre, los efectos son similares para todas las personas, con independencia de la cantidad ingerida y dependiendo de su concentración sanguínea.

La proporcionalidad entre concentraciones y efectos se ve alterada por el desarrollo de tolerancia, de manera que los efectos motores, sedantes, ansiolíticos y anestésicos del etanol disminuyen de intensidad tras el consumo crónico de alcohol.

El alcohol consumido de forma crónica produce alteraciones digestivas, cardiacas, hepáticas, pérdida de memoria, paranoia, problemas de visión y reflejos, etc., que incapacitan en muchos casos la conducción de forma permanente.

Metabolismo del alcohol y su influencia en la conducción
El alcohol etílico se distribuye de forma uniforme por todos los tejidos y fluidos del organismo, excepto en la grasa.

El hígado es el encargado fundamentalmente de eliminar el alcohol. Pero el proceso de desintoxicación etílica es mucho más largo que el de intoxicación.

Así, por ejemplo, un varón sano de 70 kilogramos de peso que haya rebasado el límite de 0,5 g/l de alcohol en sangre necesitará cerca de 5 horas para eliminar el alcohol en su totalidad, pues la velocidad de eliminación es de 0,15 a 0,20 g/l por hora. Para 1,2 g/l, llevaría unas 8 horas eliminarlo totalmente.

Determinados consumos de alcohol, que en circunstancias normales podrían ser catalogados como carentes de riesgo, pueden ser muy peligrosos en situaciones en que la persona tenga que conducir, pilotar o manejar maquinaria.

Las pócimas “antirresaca” enmascaran peligrosamente los efectos, pero no los eliminan.

El alcohol es un tóxico que afecta al sistema nervioso central impidiendo la conducción segura. Por lo tanto, si se va a conducir no se puede beber alcohol.

Después de poner los pies en el suelo, de bajar de la nube y manejar los datos que nos vuelven de nuevo a la realidad, no me negarán que, si se quieren divertir y acabar bien la fiesta, hay dos consejos que se me ocurren:

-      Dejar el vehículo en casa y utilizar el servicio público de transporte
-      No beber alcohol

Si usted decide vivir la Feria, y si conoce otra opción comuníquela, estaré encantado de transmitirla a todos.

Eso sí, solo me queda desearles que disfruten con toda la intensidad del mundo de su Feria, de su familia y de sus amigos. En eso radica, disfrutar y pasarlo bien.

Feliz Feria de Sevilla 2019, esta noche se enciende la Portada, y las luces de esta ciudad que durante siete días brillará con el espíritu de todos los que la visiten, así, de esta forma, harán de nuevo de Sevilla una ciudad con un color especial

Buena  feria a todos y, ¡recuerden!, lo importante es divertirse con seguridad.

Con afecto y respeto,

Pepe Bejarano
todomotornoticias@gmail.com

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