¡NOS VAMOS A LA FERIA!
Me temo que hoy empieza una de
las Ferias más importantes del mundo. Aquella Feria que un vasco y un catalán
se idearan para el mercadeo de ganado, y ha desembocado en lo que hoy es la
Feria de Sevilla.
Colorido, alegría, desenfado y
cordialidad conforman los calificativos que, después de los años, confirman una
ciudad efímera compuesta por casas que son “casetas”, donde la gente baila,
come, bebe, vende y afronta distendidamente sus despreocupaciones durante siete
días.
Más de trecientas mil
bombillas les dan luz a estas calles con nombres de insignes toreros, una feria
como todas, donde se llega, te diviertes y al final hay que regresar a nuestra
casa real o a nuestro trabajo. Así son todas las fiestas.
Pero permítanme que no les
agüe la feria. El control de lo que se hace, rige sin duda nuestro futuro a
corto plazo. No hace falta ser “un lince” para poner en marcha nuestro sentido
común. Dicen los sabios “el más común de todos nuestros sentidos”, y entender
que si nos vamos de feria y sabemos que vamos a beber distendidamente, lo más
razonable es dejar nuestro vehículo en casa: coche, moto, bicicleta o
monopatín. Nuestra seguridad y la de los demás está en juego cuando los
sentidos físicos están mermados por la ingesta de alcohol.
El alcohol, probablemente sea
el factor de riesgo más importante para sufrir un accidente de tráfico.
El alcohol es una droga psico
depresora que, incluso en pequeñas dosis, influye negativamente en la
conducción, ya que perturba las aptitudes del conductor.
Probablemente sea el factor de
riesgo más importante para sufrir un accidente de tráfico.
Conviene recordar que las
cantidades de alcohol ingeridas no afectan de la misma forma a todas las
personas. Los efectos del alcohol dependen de:
Las condiciones personales
como la edad, el hábito y la costumbre.
La constitución física del
conductor, ya que, a mayor peso, es necesario ingerir mayor cantidad de alcohol
para lograr el mismo nivel de intoxicación.
Modalidades de la ingestión,
como la cantidad de bebida, su concentración, en ayunas o durante las comidas,
tiempo o ritmo de consumo de la bebida, o que el alcohol esté gasificado o
caliente, ya que estas condiciones potencian la rapidez de aparición del
alcohol en sangre.
El alcohol es un tóxico que
afecta al sistema nervioso central y que siempre tiene efecto depresor, aunque
se manifiesta primero con una aparente estimulación por un cuadro de excitación
y posteriormente sedación.
Síntomas según la tasa de
alcoholemia
De 0,3 a 0,5 g/l, es el inicio
de la zona de riesgo
Excitabilidad
emocional, disminución de la agudeza mental y de la capacidad de juicio.
Relajación
y sensación de bienestar, deterioro de los movimientos oculares, distorsión de
las distancias o “efecto túnel”, y debilidad en la percepción de luces móviles.
De 0,5 a 0,8 g/l
Reacción
general lenta y comienzo de la perturbación motriz, con pérdida de la capacidad
de concentración e intuición y falta de coordinación.
Trastornos
en la visión y alteraciones del equilibrio.
Mala
percepción de la luz roja.
Euforia,
optimismo y disminución de la inhibición e inestabilidad emotiva, con
incremento de la valoración de la propia capacidad y el deseo de manifestarla.
Exceso
de la confianza en sí mismo con desprecio de las señales.
Comienzo
de la impulsividad y agresividad al volante.
De 0,8 a 1,5 g/l
Estado
de embriaguez importante, reflejos muy perturbados y lentitud de las
respuestas.
Pérdida
del control preciso de los movimientos y problemas serios de coordinación.
Torpeza
expresiva y motora.
Disminución
del rendimiento intelectual, con dificultad en las actividades mentales, como
memoria y capacidad de juicio.
Aparición
de estados emocionales de agresividad ante contrariedades. Conducción
temeraria.
Disminución
notable de la vigilancia y de la percepción del riesgo.
De 1,5 a 2,5 g/l
Embriaguez
neta con posibles efectos narcóticos y confusión.
Cambios
conductuales imprevisibles y notable confusión mental.
Visión
muy borrosa, actitud titubeante y falta de coordinación de movimientos.
Más de 2,5 g/l
Embriaguez
profunda, estupor con analgesia y progresiva inconsciencia.
Abolición
de los reflejos, parálisis e hipotermia. Puede desembocar en coma.
Imposibilidad
de conducir.
Una
vez alcanzado el mismo nivel de alcohol en sangre, los efectos son similares
para todas las personas, con independencia de la cantidad ingerida y
dependiendo de su concentración sanguínea.
La
proporcionalidad entre concentraciones y efectos se ve alterada por el
desarrollo de tolerancia, de manera que los efectos motores, sedantes,
ansiolíticos y anestésicos del etanol disminuyen de intensidad tras el consumo
crónico de alcohol.
El alcohol consumido de forma
crónica produce alteraciones digestivas, cardiacas, hepáticas, pérdida de
memoria, paranoia, problemas de visión y reflejos, etc., que incapacitan en
muchos casos la conducción de forma permanente.
Metabolismo del alcohol y su
influencia en la conducción
El alcohol etílico se distribuye
de forma uniforme por todos los tejidos y fluidos del organismo, excepto en la
grasa.
El hígado es el encargado
fundamentalmente de eliminar el alcohol. Pero el proceso de desintoxicación
etílica es mucho más largo que el de intoxicación.
Así, por ejemplo, un varón
sano de 70 kilogramos de peso que haya rebasado el límite de 0,5 g/l de alcohol
en sangre necesitará cerca de 5 horas para eliminar el alcohol en su totalidad,
pues la velocidad de eliminación es de 0,15 a 0,20 g/l por hora. Para 1,2 g/l,
llevaría unas 8 horas eliminarlo totalmente.
Determinados consumos de
alcohol, que en circunstancias normales podrían ser catalogados como carentes
de riesgo, pueden ser muy peligrosos en situaciones en que la persona tenga que
conducir, pilotar o manejar maquinaria.
Las pócimas “antirresaca”
enmascaran peligrosamente los efectos, pero no los eliminan.
El alcohol es un tóxico que
afecta al sistema nervioso central impidiendo la conducción segura. Por lo
tanto, si se va a conducir no se puede beber alcohol.
Después de poner los pies en
el suelo, de bajar de la nube y manejar los datos que nos vuelven de nuevo a la
realidad, no me negarán que, si se quieren divertir y acabar bien la fiesta,
hay dos consejos que se me ocurren:
-
Dejar el vehículo en casa y utilizar el
servicio público de transporte
-
No beber alcohol
Si usted decide vivir la
Feria, y si conoce otra opción comuníquela, estaré encantado de transmitirla a
todos.
Eso sí, solo me queda
desearles que disfruten con toda la intensidad del mundo de su Feria, de su
familia y de sus amigos. En eso radica, disfrutar y pasarlo bien.
Feliz Feria de Sevilla 2019,
esta noche se enciende la Portada, y las luces de esta ciudad que durante siete
días brillará con el espíritu de todos los que la visiten, así, de esta forma, harán
de nuevo de Sevilla una ciudad con un color especial
Buena feria a todos y, ¡recuerden!, lo importante
es divertirse con seguridad.
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotornoticias@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.