INSPECCIÓN TÉCNICA DE VEHÍCULOS (ITV)
“Vamos pastores que el
tiempo pasa…” Es el jubiloso cantar de los campanilleros en una fría y estrellada
noche de diciembre. Los Pastores de Chucena recorren las calles
de su blanco pueblo, ubicado en la Comarca del Condado de la provincia de
Huelva. Percusión de panderetas, tintineo de pequeñas campanillas, repiqueteo de castañuelas, rasgueo de
guitarras, voces acompasadas… Pasan por la Plaza de la Iglesia entonando alegres
pasacalles. Ataviados con sus particulares mantas, con pausado caminar y en
perfecto orden se detienen en la Plaza del Ayuntamiento… “Sin pañales y muerto
de frío nació el hijo de Dios y María…” La concurrencia escucha atenta las
canciones navideñas que surcan un silencio respetuoso, conmovedor… Los Pastores son portadores de las
tradiciones transmitidas de una generación a otra. Sin dejar de entonar los
cantos, el coro continúa su recorrido. En algunos momentos, cuando las voces
callan y los instrumentos descansan, los vecinos los agasajan con mantecados,
alfajores, dulces caseros… y alguna copita de anís dulzón. El reloj del
edificio consistorial campanea la una de la madrugada, las calles ya están desiertas
y los hogares dormitan… Los campanilleros interpretan sus últimas estrofas… Y
acurrucado entre sábanas y cobertores, el pueblo vive el sublime placer de escuchar
los villancicos… “los pastores no son hombres, que son ángeles del cielo…”
Suena el teléfono, apago el reproductor de música y atiendo
la llamada. Es el servicio oficial OCALU que viene a recoger el coche para la
pre-ITV gratuita por deferencia de “PEUGEOT”. Las estampas y la música de los
campanilleros bullen en mi mente… Me emociona el recuerdo de las escenas
costumbristas vividas desde la infancia… Nací en Chucena que fue el hogar de mi
niñez. Mi adolescencia y juventud fueron vivencias compartidas entre el lugar
de nacimiento y la ciudad hispalense. Los viajes de 40 km que separan o unen a
las dos poblaciones han sido y son parte de mi existencia. En 1968 fijé mi
residencia habitual en Sevilla. Hoy, reparto mi cariño entre la cuna y la
morada.
Salgo de casa y bajo los peldaños de la escalera en dirección
a la calle. Allí me esperan dos empleados del concesionario para que les
entregue las llaves de mi vehículo aparcado en la explanada. Después del
habitual saludo, les encargo que, además de la pre-ITV, procedan a la revisión
anual que, naturalmente, no será gratuita. Desde que compré el auto, hace diez
años, siempre lo he llevado a servicios oficiales de la marca. En el 2016,
confié en este taller, y sigo confiando, porque ofrece una buena relación calidad-precio
y lo recogen en la puerta de mi vivienda. Ya en sus instalaciones, le hacen el
correspondiente diagnóstico, verifican si necesita alguna reparación añadida y me llaman para darme el
presupuesto. Finalizados los necesarios arreglos, me lo vuelven a traer sin
ningún coste añadido por este servicio de ida y vuelta, y ya dispuesto para
pasar la ITV sin sobresaltos.
En pocos días, con cita previa concertada para el 3 de enero
de 2019, me llegará el momento de acudir a la Estación ITV. Cuando me encuentre
en la oficina, pediré mi tique al lector de cola inteligente y esperaré que mi
número salga en las pantallas de la sala… En el momento en que aparezca mi
turno en el panel luminoso, tendré a mano la ficha técnica y el permiso de
circulación, efectuaré el pago y me encaminaré a las líneas de inspección para
comenzar la revisión…
En primer lugar, comprobarán los niveles de emisión
contaminante. A continuación, el vehículo pasará por el regloscopio para
comprobar el estado de conservación y reglaje de las luces. Después, pasará a
la revisión de los elementos externos: carrocería, matrículas, retrovisores…
Posteriormente, se examinará el estado y equilibrado de la suspensión con el
vehículo en marcha —banco de suspensiones—. Más adelante, verificarán el estado de los frenos. Tras
ello, las placas detectoras de holgura simularán el movimiento en marcha que
localizará los posibles fallos. Finalmente, en el foso, repasarán los ejes, el
bastidor, los neumáticos, la dirección…
Si los resultados son favorables, me entregarán el
informe, la pegatina y, en mi caso, hasta enero de 2020 —los turismos nuevos tienen revisión bienal; cuando llegan a
los diez años de antigüedad, revisión anual—. Si encuentran errores, me dirán
cuales son y me darán una nueva fecha para pasar la ITV con esos errores
convenientemente subsanados.
Sería bueno no considerar la ITV, solamente, como un molesto
trámite… Se trata de comprobar el estado del vehículo en aras de la seguridad: nuestra
propia seguridad, la de nuestra familia y la de aquellas personas que comparten
con nosotros la vía pública. Tener un coche conlleva una responsabilidad que no
debemos menoscabar.
Saludos cordiales, y feliz Año Nuevo.
Fernando Monge
30/diciembre/2018
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fmongef@gmail.com
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