La asociación considera que la
futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética tendrá un fuerte impacto
negativo en la demanda, fabricación y futura adjudicación de nuevos modelos a
la industria española
ANFAC convoca a su Comisión
Estratégica para revisar la situación de la industria en España
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones ANFAC
quiere, en nombre de la industria española de la automoción, rechazar de plano
el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, en la medida
que establece un plan para lograr la descarbonización del transporte en 2050
"excesiva en sus objetivos y acelerada en sus plazos", en opinión de
ANFAC.
La Ley establece que, a partir
del año 2040 no se permitirá la matriculación y venta en España de turismos y
vehículos comerciales ligeros con emisiones directas de dióxido de carbono.
Esto supone la prohibición directa de comercialización de vehículos diésel,
gasolina, GNC y GLP e híbridos en todas sus tipologías. En la práctica, esto
significa ir en contra del principio de neutralidad tecnológica defendido al
máximo por la Unión Europea.
Desde el momento mismo de
aprobación de la Ley, prohíbe cualquier subvención que favorezca el consumo de
combustibles fósiles. Esto significa que sólo se podrán subvencionar los
vehículos eléctricos puros, con lo que desactiva los actuales planes de apoyo
al vehículo alternativo y discrimina, desde ya, a una tecnología limpia y
eficiente frente a otras, que deben servir de puente para alcanzar la movilidad
cero y bajas emisiones.
ANFAC resalta que "la
industria está totalmente comprometida con la descarbonización del parque
automovilístico" pero que la transición hacía "una movilidad cero y
bajas emisiones" ha de ser "ordenada, justa y rentable, desde el
punto de vista social y económico", explicó su vicepresidente ejecutivo,
Mario Armero.
La asociación de fabricantes
de automóviles ANFAC asegura que el Gobierno "no ha contado con la opinión
de las asociaciones del sector ni de los sindicatos" a la hora de redactar
este proyecto cuando el clima entre ministerios y asociaciones era "de
total interlocución y colaboración", plasmado en las negociaciones para la
constitución del Consejo Estratégico de la Automoción, de cara a generar un
Acuerdo marco para el sector y la industria.
ANFAC ha convocado en próximas
fechas a su Comisión de Estrategia para revisar el posible impacto que este
marco puede tener en la industria española de la automoción.
SEVERO IMPACTO SOCIAL E
INDUSTRIAL
Para ANFAC, este proyecto de
Ley tiene una serie de implicaciones económicas, laborales, sociales y de
políticas de movilidad, con severos impactos en el tejido industrial español de
la automoción, que representa el 10% del PIB y el 9% de la población activa del
país. Supone encarar una reconversión industrial completa y acelerada de las
fábricas españolas en su conjunto, lo que necesita de unas importantes medidas
de acompañamiento, con inversiones industriales y en tecnología, que eviten que
las plantas pierdan competitividad y empleo, medidas que ahora mismo se
desconocen.
La asociación respalda al
máximo el desarrollo de los vehículos cero y bajas emisiones, pero entiende que
estas tecnologías necesitan de un entorno estable y un marco regulatorio
específico. "Sin un plan de medidas de acompañamiento, que realmente
apuesten por una transición industrial en las fábricas españolas y que impulsen
la venta de estos vehículos de manera masiva, no es viable el cumplimiento de
estos objetivos", afirmó el vicepresidente.
La medida se compara con las
prohibiciones establecidas en Reino Unido y Francia, que prohíben la venta en
fechas similares de los vehículos de combustión. Pero no tienen en cuenta que
Reino Unido ha aprobado un plan estructural de apoyo a la compra de vehículos
alternativos y de gestión de infraestructuras de recarga de 1.500 millones de
libras. Como Alemania, que aprobó a finales de 2017 un plan dotado con 1.000
millones de euros. España sólo ha dedicado 74,5 millones de euros a estos
planes en cinco años y en el último año, no ha aprobado ningún programa de
ayudas.
El impacto social de la
adaptación de las cadenas de producción hacia la fabricación de vehículos de
nulas o bajas emisiones es muy importante. Recientes estudios han cuantificado
que para cumplir con una cuota de mercado del 25% de vehículos eléctricos, el
empleo se podría reducir en un 11% y para alcanzar una cuota de mercado de los
vehículos eléctricos del 40%, el impacto sobre el empleo sería del 18%. Este
porcentaje toma en consideración los nuevos empleos generados en torno a la
electrificación y la tecnología de baterías, pero no incluye el impacto sobre
el empleo indirecto. Se estima que por cada puesto de trabajo directo en las
fábricas de vehículos se crean cuatro en las fábricas de componentes y entre
siete y ocho en el sector servicios.
Pero, además, el marco
regulatorio actual en términos medioambientales ya está obligando a los
fabricantes a hacer inversiones importantísimas en mejoras tecnológicas. Esta
normativa establece una fecha de caducidad para estas mejoras que no permite la
amortización y el retorno de la inversión.
MÁS EXIGENTE QUE LA UNIÓN
EUROPEA
Este objetivo de
descarbonización va muy por encima de las exigencias medioambientales de la
Unión Europea, que negocian una reducción de entre el 30% y el 40% de emisiones
de CO2 para el horizonte 2030. La asociación no comprende por qué se introducen
medidas más severas para un país como España cuando solo los objetivos europeos
ya marcan una senda muy ambiciosa de cara a la movilidad cero y bajas
emisiones.
De hecho, ANFAC estimó que el
primer impacto a corto plazo será precisamente sobre el mercado y la demanda de
vehículos de combustión. "Estos anuncios retraen de manera sustancial la
compra de automóviles, como ya está pasando en el caso de los motores
diésel", explicó Armero. La cuota de mercado de los coches propulsados por
este combustible está en mínimos, apenas un 33% en octubre, una participación
de mercado no registrada desde 1995. Este efecto puede contagiarse sobre el
conjunto de los vehículos de combustión, paralizando el mercado.
DESCARBONIZACIÓN DEL PARQUE EN
2050
La normativa establece que en
2050 no circularán vehículos que tengan ninguna emisión contaminante ni de CO2.
Esto supone renovar el parque automovilístico en su conjunto en ese plazo, con
la falta, de nuevo, de un plan de achatarramiento radical.
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