TALLERES
QUE NO DAN LA TALLA
No somos perfectos. Como
profesionales nuestras empresas marcan las pautas de marketing. Y nosotros como
buenos y responsables profesionales no tenemos más remedio ─por la cuenta que
nos trae─ que ajustarnos a las normas de estilos de las propias empresas que
nos pagan, pero no todo vale.
Son muchas las historias que
nos llegan a todomotornoticias.com y, en esta RONTONDA, queremos identificarnos
con todos los que nos sentimos muy próximos a
los casos que nos contáis.
Este amigo X nos cuenta lo
siguiente: Pide presupuesto para hacer la revisión a su vehículo en su Taller
del Concesionario, por lo visto, se sale del presupuesto que tenía previsto.
Esto lo pone en conocimiento de un amigo, que le hace contactar con un taller
multimarca de confianza, pide presupuesto y le cuesta la mitad, por lo que
decide realizar la revisión de su coche en ese taller que le había aconsejado
su amigo.
Cuando va a retirar el
vehículo, le comenta el dueño del taller que las zapatillas de los frenos
delanteros están muy gastadas, debería de cambiarlas a la mayor brevedad. El señor X le da las
gracias, paga y le dice que ya tendrá noticias suyas.
El dueño del vehículo,
preocupado por lo que le había comentado el mecánico, pide presupuesto para
cambiar las pastillas de freno a la postventa de su marca, de nuevo le sale más
del doble de lo que le cuesta en el taller multimarca.
Como cree que su taller de
marca le sale un poco caro, y cree que el taller multimarca le está buscando un
posible desgaste inexistente, tira por la calle de en medio y se va en busca de
uno de esas cadenas de talleres cercanos a los hipermercados, llama por
teléfono, pide presupuesto, le parece aceptable el precio y el cambio de
zapatillas de freno y se decide optar por esta última opción. Llega el día de
la cita, curiosamente está lloviendo y comprueba que el limpiaparabrisas del lado del conductor le deja una marca en el
cristal, por lo que decide cambiarlo, ya que se presenta un largo invierno por
delante.
Llega a la recepción del taller,
y le comenta al profesional que le atiende que si tenían, para su vehículo,
unos limpiaparabrisas y que le diera presupuesto para añadirlo al presupuesto
inicial. El dependiente busca entre los recambios los limpiaparabrisas, se los
enseña, es de una marca muy importante y le dice el precio, 50 €. A lo que el
dueño del vehículo le dice que son un poco caros y se sale del presupuesto,
pero bueno, ya que estaba allí, que se lo colocara y lo añadiera a la factura.
Mientras el señor X esperaba que le arreglaran el vehículo, se fue a tomar un
café a un bar cercano en el centro comercial, allí pudo comprobar en la página
web del taller en cuestión, que además de los limpiaparabrisas que le había
ofrecido el dependiente, existían otros a mitad de precio y que en ningún
momento fueron ofrecidos al dueño del vehículo. Por lo que el señor X se acercó de nuevo al dependiente y le enseñó su página
web y las promociones de limpiaparabrisas que ofrecía su marca. Por lo que
decidió que le pusieran estos últimos, y de nuevo se marchó
a la espera que le avisaran cuando acabaran la
instalación prevista.
Cual fue su sorpresa cuando, a
los quince minutos, suena su móvil. Era el
taller: era el mecánico que le estaba cambiando las zapatillas de freno. “Señor,
le llamo para indicarle que las zapatillas no están desgatadas, están por la
mitad, pero podrían estar cristalizadas”. El
coche del señor X frenaba estupendamente, no chirriaba y mucho menos se quedaba
cogido. Pero ante la duda, le dijo al mecánico que las cambiaran por si acaso. Si
recuerdan, el propietario del taller multimarca le dijo a señor X que tenía que
cambiar las pastillas porque estaban muy gastadas. Primera mentira, y eso que
fue un taller recomendado por un amigo. Pero lo peor no fue eso, sino que el
mecánico que tenía delante en ese momento, viendo la posibilidad de que el
señor X desistiera de cambiar las pastillas, le aconsejó que las dos ruedas
delanteras estaban muy desgatadas y habría que cambiarlas. A lo que el dueño
del vehículo le contestó: “Mire amigo, hace un mes y medio, ha pasado el coche
la ITV, no he tenido ningún problema y en dos semanas, un taller multimarca me
dice que tengo que cambiar las pastillas de freno y usted, ahora, que tengo que
cambiar las dos ruedas delanteras, hágame el favor de cambiar las pastillas y
los parabrisas, y no vuelva a llamarme, si no le
importa”.
De realizar la revisión
rutinaria del vehículo, cambio de aceite y filtros, a zapatillas gastadas y
cambio de ruedas, y es que antes, los mecánicos se dedicaban a arreglar los
vehículos; ahora, también venden, ya que, según el señor X, el mecánico le
tenía preparados tres tipos de presupuestos,
pensando que sobre la marcha el dueño del vehículo iba a cambiar las ruedas.
La pregunta es, si un médico
le dice que tiene usted que hacerse unas pruebas determinadas, seguro que usted
ni rechista, va y se las hace. Porque cree en la profesionalidad de su médico.
Lo mismo debería ocurrir con los talleres, que les hablan de frenos, discos y,
sobre todo, ruedas. Usted no tiene más remedio que creer en los profesionales o
como el señor X, pedir una segunda o tercera opinión.
Quería contar esta historia,
porque lamentablemente historias como estas están al orden del día. Me constan
que la mayoría de los profesionales, y de los talleres son fiables. Otros, lo
ilegales antes o después les dejarán huella sobre todo para mal. Pero algunos
legales podrían utilizar el marketing para vender sin engañar, no jueguen con
nuestra seguridad ni con nuestro bolsillo.
Creo que cualquier conductor
desearía confiar en su taller de cabecera o de confianza como en su propio
médico, y no dejarse engañar dependiendo de si el taller ha cubierto o no sus
presupuestos de ese mes.
Queremos cambiar la rueda,
frenos, y el aceite, etc., cuando toque, no cuando le venga bien al taller, sea
privado o de una cadena adosada a un hipermercado. Y, según el señor X, lo
siente mucho, pero desde ahora, irá a comprar al Hipermercado por los precios y
la calidad que ha observado mientras esperaba, pero, por el taller anexo al
hipermercado, no volverá jamás, aunque sea un taller de ámbito nacional. A
nadie le gusta que le engañen, y menos que jueguen con su seguridad y la de los
suyos.
No se dejen embaucar por seudo
profesionales de tres al cuarto, utilice las hojas de reclamaciones y, si no, las redes sociales, no hay nada que pueda
hacer más daño a aquellos que se esconden detrás
de una fachada por muy nacional o internacional que se precie.
En honor a la verdad, el señor X, nos escribió de nuevo para contarnos que se fue del taller volando después de todo lo ocurrido y, no se acordó de comprobar la escobilla limpiaparabrisas que le habían colocado. El colmo, es que tenían que haberle cambiado la del lado del conductor y cambiaron la del lado del ocupante. Menos mal que volvió, y le cambiaron la escobilla sin ponerle pega alguna, y lo trataron esta vez estupendamente, es verdad, que fue otro dependiente y el propio jefe de taller. Las cosas como son.
Con respeto y afecto,
Pepe Bejarano
sábado, 27 de octubre 2018
todomotorsevilla@gmail.com
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