2.000 robots se mueven
perfectamente sincronizados durante 24 horas ininterrumpidas diarias en los
talleres de chapistería de Martorell
Soldar y atornillar piezas,
aplicar adhesivos o detectar desviaciones de hasta 2 décimas de milímetro, son
algunas de sus funciones
Pueden medir hasta seis metros
de altura y son capaces de manipular 700 kg de peso
Se coordinan con 1.700
trabajadores para fabricar la carrocería de un coche cada 68 segundos
Detrás de la fabricación de un
vehículo de SEAT se esconde un auténtico baile. El espectáculo empieza a las
cinco de la mañana en el taller de chapistería
de Martorell, cuando 2.000 robots y 1.700 operarios comienzan a moverse
al unísono para fabricar la carrocería de un coche cada poco más de un minuto.
Así es como se organiza la coreografía de la Industria 4.0:
-2.000 robots danzando sin
cesar: Miles de brazos mecánicos articulados se entrelazan en sincronía para
manipular hasta 2.300 piezas diarias. Trabajan armónicamente y en continuo
movimiento durante 24 horas ininterrumpidas. Entre sus capacidades, está la de
soldar distintas partes de la carrocería, ensamblar las puertas de un coche y
comprobar la geometía de la carrocería con precisos instrumentos de medición.
-Bailarines mecánicos de
distintas complexiones: Esta compañía está integrada por diferentes bailarines
mecánicos. Los robots más pequeños miden poco más de un metro y los más grandes
llegan hasta los seis. Los hay naranjas, amarillos, con pinzas o sensores. Su
principal cualidad en común es que son ligeros y versátiles y, a la vez, pueden
manipular pesos de hasta 700 kg sin que les tiemble el pulso.
-Piruetas de 720º para soldar
hasta 16.000 puntos: La mayoría de los robots tienen 6 ejes, una característica
que les permite realizar infinitas combinaciones en sus movimientos. Se
trasladan verticalmente, horizontalmente por raíles y llegan a realizar
piruetas de hasta 720º entre todos sus ejes. Cuando se ponen a bailar, cada
robot es capaz de efectuar hasta 16.000 puntos de soldadura al día en las
carrocerías de los futuros coches.
-La dirección de orquesta,
coordinando sus movimientos: Un equipo de 390 personas está pendiente de
atender las necesidades de la instalación y asegurar el óptimo funcionamiento
de los robots. En la sala de control se monitorizan en directo el estado de las
instalaciones y su coordinación con el resto de trabajadores.
-Precisión de hasta 2 décimas
de milímetro: Guiados por esta partitura de la cuarta revolución industrial,
los robots no sólo asumen los trabajos más pesados para liberar a sus
compañeros de carne y hueso, sino que tienen funciones cada vez más
sofisticadas. Trasladan piezas de un lugar a otro durante la producción y
además son capaces de soldarlas, atornillarlas, aplicar adhesivos o medir con
sus sensores desviaciones de hasta 2 décimas de milímetro antes de que los
modelos lleguen a la línea de acabados.
-Al unísono con los operarios:
Para completar la coreografía de la Industria 4.0, el baile de los robots se
une al trabajo de los empleados: la revisión final siempre corre a cargo de los
operarios. Juntos, personas y máquinas, son capaces de fabricar la carrocería
de un coche cada 68 segundos.
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