El Peugeot 504 rompió moldes
en su presentación en 1968 por su estética peculiar, firmada por Pininfarina,
que acabaría por dejar su sello en todos los modelos posteriores de la Marca.
Sus faros trapezoidales y la forma de su capó causaron sensación y acabaron
imponiéndose en el mercado, como demuestran sus casi cuatro décadas de vida
comercial.
El excepcional comportamiento
en carretera del Peugeot 504 cimentó la reputación de la Marca como garantía de
confort y placer de conducir, asociado a unos motores de altas prestaciones y
una caja de cambios precisa, suave y de fácil manejo. Unas características que
han “heredado” todos los modelos de la marca desde entonces y que le valieron
ser “Coche del Año en Europa” en 1969.
Solidez y resistencia son
sinónimos de Peugeot 504. Estas cualidades le permitieron acumular un largo
palmarés deportivo y una longeva vida industrial y comercial en el continente
africano, donde sigue siendo toda una leyenda medio siglo después de su
lanzamiento.
Había expectación alrededor
del stand Peugeot en el Salón del Automóvil de París de 1968. La Marca
presentaba un modelo largamente esperado, que había tenido que retrasar su
estreno por los acontecimientos de mayo del 68. El telón dejó al descubierto la
nueva berlina del León, el Peugeot 504, un modelo que supuso una revolución por
su diseño, obra de Pininfarina, por su excepcional confort y por su solidez y
su gran polivalencia, capaz de enfrentarse tanto a los adoquines como a la
arena de la playa… o del desierto. Estas características le valieron un
importante éxito comercial y ser, en 1969, el primer Peugeot de una larga saga
en ganar el prestigioso galardón al “Coche del Año en Europa”
El primer detalle que llamó la
atención en ese modelo fueron sus faros. Por primera vez, Peugeot huía de los
grupos ópticos redondeados para apostar por una innovadora forma trapezoidal
que, según el propio carrocero Pininfarina, recordaba a los ojos de la actriz
Sophia Loren. Un diseño que fue retomado por muchos modelos posteriores de la
Marca y que sigue influyendo en la actual gama de la Marca. Las ópticas
traseras, en forma de bumerán, no fueron menos innovadoras y se convirtieron en
una seña de identidad para modelos de las décadas siguientes, como los Peugeot
206, 407 o 607.
El aspecto robusto, clásico y
prestigioso que le daban la forma abombada del capó y del maletero fueron otros
de los elementos rompedores que pasaron al ADN de la Marca en el último medio
siglo.
Más allá del diseño, el
Peugeot 504 se afianzó, a finales de los 60 y principios de los 70, como una
berlina de lujo. Su equipamiento de serie incluía elementos como cinturón de
seguridad, tapicería de cuero, frenos de disco, dirección asistida, elevalunas
eléctricos, radio-casete y aire acondicionado. Además, este modelo se anticipó
a su época al poner el acento en la habitabilidad y el aprovechamiento del
espacio para garantizar la mayor amplitud y comodidad, gracias a una amplia
distancia entre ejes, unas portezuelas que se abren con un ángulo de 90º y un
gran volumen de maletero.
El comportamiento en carretera
y las prestaciones del Peugeot 504 también le garantizaron un puesto dentro de
los vehículos de gama alta de su época. Su silencio de funcionamiento, la
efectividad de sus motores, que superaban los 160 Km/h, la suavidad de su
dirección, la fiabilidad de su sistema de frenado y su suspensión innovadora,
capaz de absorber sin problemas todo tipo de imperfecciones del firme
manteniendo sin problemas la trayectoria no pasaron inadvertidos.
Estas cualidades otorgaron a
Peugeot una merecida fama, que aún pervive, de constructor de vehículos
confortables, sólidos y seguros que, además, se caracterizan por el placer de
conducir que proporcionan. Una carta de presentación que supuso que fuera el
elegido para encabezar el gran desembarco de la Marca en España convirtiéndose,
en 1977, en el primer Peugeot en ser producido en la fábrica de Vigo.
Su fiabilidad y polivalencia
fueron clave en su éxito comercial. Entre 1968 y 2005, se produjeron más de 3,7
millones de Peugeot 504 en todo el mundo. Un éxito al que no fue ajeno su
faceta camaleónica, ya que se comercializó en un gran número de versiones y
siluetas: desde berlina a coupé pasando por cabrio o, incluso todoterreno
Pick-Up 4x4.
Su confort de marcha y su
suspensión le convirtieron tanto en el favorito de los taxistas de muchos
países como en el campeón de pruebas duras y exigentes como el Rally Bandama,
el Rally de Marruecos o el Rally Safari, todos ellos disputados en tierras
africanas. Su adaptación a las condiciones extremas de las carreteras y caminos
de ese continente le convirtieron en toda una referencia para muchas
generaciones de conductores, para los que tiene un status de leyenda.
Precisamente, fue en Nigeria, en 2005, cuando concluyó su larga andadura
comercial e industrial, casi 40 años después de su lanzamiento.
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