sábado, 17 de marzo de 2018

LA ROTONDA


¡PAPÁ, NO CORRAS!




Aprovechando que pasado mañana es el día de San José, por lo tanto, celebran su día todos los padres, y su onomástica las Josefa y los José. Hoy quiero traerles a la memoria un regalo muy apropiado de otra época, en este señalado día que fue aquel recordatorio imantado con fotografías de la familia, esposa e hijos. Ese que a nuestros padres acompañaba, allí donde se desplazaran con el vehículo. Un Seat seiscientos, Simca 1000 o Seat 850.  Eran los coches de aquellos tiempos. Recuerdo como conocíamos a las familias de los taxistas de entonces con los Seat 1500, y aquel agradable hombre nos daba razón de los nombres de toda su troupe.

Efectivamente, era uno de los regalos más solicitados de entonces. Pequeño portafotos que colocamos en el salpicadero al lado del aire poco acondicionado del coche. Lugar de privilegio donde todos los conductores, y mientras conducían, clavaban sus ojos en cada una las fotos de su prole y en una frase repleta de intenciones, de cariño y de advertencia: ¡PAPÁ, NO CORRAS!
No sé, si la susodicha plaquita formaba parte del interior del paisaje del vehículo o se había convertido en algo que muchos conductores llevábamos como una losa que nos advertía, entre otras cosas, que teníamos que quitar el píe de vez en cuando del acelerador.

 Eran otros tiempos: donde sonaban en unos altavoces de aquella época en una cinta del radiocasete, el  flamenco más arraigado, los primeros grupos de pop que dejaron la Banda Sonora de nuestra vida o aquellos grupos que grabamos con mucha dificultad y que nos traía algún amigo del extranjero. El caso es que, en verano, las cintas se detenían por el calor y al tirar de ellas estas se rompían, y nos quedábamos compuestos y sin música.

Para los que hoy pueden disfrutar de las últimas tecnologías de los vehículos, TODO EN UNO, navegador, millones de canciones, radio, reloj, temperatura, móvil manos libres y toda la información del vehículo, el consumo, la agenda, etc... ¡Qué lejos quedó aquello! Por eso hoy he querido traer a nuestra rotonda, ese detalle, aquellos recuerdos, donde íbamos viendo crecer a nuestros hijos en aquellas pequeñas fotografías que sustituíamos cada año y que después, cuando cambiábamos de vehículo, nos quedamos con la plaquita para colocarla en el coche nuevo y poder seguir disfrutando en todos nuestros kilómetros de esos seres queridos y de su compañía.

Gracias a ellos, y a ese bonito recuerdo, muchas veces al leer ¡PAPÁ, NO CORRAS! hemos distraído nuestro píe del pedal del acelerador, y quien sabe si nos ha evitado algún que otro accidente. Pero de lo que sí estoy seguro, es que me encantaba la idea de sentirme acompañado siempre de mi familia.

Por cierto, feliz fin de semana a todos y muchas felicidades a los afortunados.

PpBejarano
17-03-2018
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