Corría el año 1987 cuando
los ingenieros y diseñadores de Suzuki se plantearon la concepción de un
automóvil que marcó una nueva tendencia.
Aunque los SUV puede parecer un invento de
nuestros días, la realidad es muy diferente. Han pasado 30 años desde que
Suzuki decidió crear el Vitara, apostando por un diseño y tipología de
automóvil absolutamente innovador por aquel entonces. Un año después, en 1988,
el Vitara llegó al mercado para convertirse en el primer SUV moderno de la
historia. Este todocamino ya aunaba las características de los actuales
triunfadores del mercado: diseño atractivo, carrocería elevada y compacta, peso
ligero, comportamiento intachable en carretera y ágil en cuidad, y buenas
capacidades para desenvolverse fuera del asfalto.
En la actualidad, los SUV
han conquistado el corazón del público y son el tipo de automóvil más deseado y
que marca tendencia. Esto se nota en sus cifras de ventas y en la proliferación
de nuevos modelos, pues la mayoría de los fabricantes se han sumado a la nueva
moda. Suzuki lleva 30 años explorando ese camino y el Vitara puede presumir de
una sólida historia a sus espaldas, con una archiprobada fiabilidad y un
desarrollo continuo que nos ha llevado hasta el Vitara de hoy en día, la cuarta
generación de este modelo.
El primer SUV moderno se
concibió hace 30 años
Los SUV no son una simple
moda y han llegado para quedarse. Y es que este tipo de automóviles presenta
numerosas ventajas: posición de conducción elevada (que otorga más visibilidad
en el tráfico, y hace más cómodo el subir y bajar del coche), robustez y
seguridad, espacio interior y capacidad de carga, posibilidades off-road y
espíritu aventurero… Y, claro está, sin sufrir los inconvenientes de los
todoterreno puros, como su elevado peso o un comportamiento menos refinado en
carretera y cuidad.
Los ingenieros y diseñadores
de Suzuki fueron unos visionarios a finales de los `80 del pasado siglo,
creando un automóvil que sentó las bases del concepto SUV tan de moda hoy en
día. Durante su presentación oficial, en el Salón del Automóvil de Tokio de
1988, el Vitara sorprendió por su atrevida filosofía, que desafiaba los
segmentos, categorías y convenciones de su época.
Suzuki no tuvo miedo de fusionar
varias tipologías de coches en un solo automóvil, que reunía lo mejor de varios
mundos. Por un lado, era un coche robusto y capaz fuera del asfalto, pero esas
aptitudes y capacidades no suponían un lastre a la hora de circular en cuidad y
carretera. En ese entorno, a su privilegiada posición de conducción elevada,
sumaba un comportamiento sano, ágil y eficaz; un gran confort y calidad de
marcha; y un tacto suave de conducción; mucho más parecidos todos ellos a los
de un turismo que a los de un áspero todoterreno.
Desde el primer vistazo, con
su compacta carrocería tres puertas el Vitara no tenía nada que ver con los
voluminosos 4x4 que ya estaban en el mercado. Su identidad partía de unas
líneas relajadas que le conferían un diseño atractivo y urbanita que, al mismo
tiempo, se mezclaba con el músculo que aportaban otros elementos más camperos
de su carrocería, tales como su icónico portón trasero en el que iba anclada la
rueda de repuesto. Sin olvidar su techo, de lona o fibra, que permitía dejar al
descubierto las plazas traseras.
Acababa de empezar la
historia del Vitara, que en sus inicios destacaba por ser el más ligero de los
todoterrenos del mercado. Con un motor de gasolina de 1,6 litros y 80 CV y unas
reducidas dimensiones (3,56 metros de longitud y menos de 1.000 kilogramos de
peso) se movía con agilidad fuera y dentro del asfalto, gracias a unos esquemas
de suspensión muy evolucionados.
Después de su primer impacto
en el mercado, el Vitara siguió creciendo y Suzuki amplió la oferta de su
visionario modelo. Llegó una nueva gama de motorizaciones, con mecánicas diésel
y un V6 de 2 litros y 134 CV que daban más potencia a este todocamino. Igualmente,
las mejoras en la carrocería se iban haciendo evidentes y nacía la primera
versión con techo trasero metálico; y también la de 5 puertas, que aumentaba en
tamaño y capacidad interior.
La primera generación se
comercializó en los cinco continentes y convirtió al Vitara como uno de los
modelos bandera de Suzuki durante sus primeros 9 años y medio de vida, en los
que superó el millón de unidades producidas.
Segunda generación
(1998-2005): 7 plazas accesibles
Al igual que la primera, la
segunda generación del Vitara también perduró muchos años en el mercado, lo que
demuestra lo acertado de su planteamiento inicial y de la calidad de su diseño.
Presentada en 1998, esta
generación pasó a llamarse Suzuki Grand Vitara. En líneas generales, se
refinaba su diseño, con unas líneas más dinámicas (sin perder su esencia 4x4) y
un interior mucho más sofisticado. Además, el chasis del Vitara evolucionó para
mejorar el comportamiento y calidad de marcha en asfalto.
Como detalles prácticos,
desapareció la palanca de la reductora. Ahora, el conductor podía cambiar de
4x2 a 4x4 con un botón en la cabina. Cambios y mejoras que culminaron en la
llegada, en el año 2001 del Grand Vitara XL-7 con el Suzuki volvió a ser
pionera al ofrecer un SUV de 7 plazas accesible para el gran público. Basado en
el Vitara de 5 puertas, el XL-7 tenía una distancia entre ejes 320 mm superior
y 485 mm más de longitud total. Esta versión también conquistó el mercado y
equipaba un poderoso motor V6 de 2.7 litros.
Tercera generación (2005-2014):
Más y mejor tracción
En 2005 llegó la tercera
generación del Vitara, que seguía profundizando en el concepto SUV y alejándose
de los todoterrenos convencionales. Como siempre, el nuevo Vitara podía
presumir de desenvolverse con la misma facilidad sobre el asfalto que fuera de
él.
Suzuki introdujo retoques en
el diseño, un tamaño un poco más reducido, control de emisiones y un amplio
abanico de actualizaciones para hacer del Grand Vitara un SUV acorde a los
nuevos tiempos. Además, el nuevo Vitara incorporó un chasis monocasco con dos
largueros longitudinales integrados y suspensiones independientes en las cuatro
ruedas. Y presumía de un sofisticado sistema 4WD de tracción total con cuatro
modos de conducción, que podía activarse desde el cuadro de mandos.
Cuarta generación: regreso a
los orígenes
En 2014 llegó la cuarta
generación de este icónico modelo, que regresó a sus orígenes por su filosofía
y recuperó la nomenclatura de Suzuki Vitara. Casi 30 años después, un renovado
Votara llegaba al segmento que él mismo creó
El nuevo Vitara presume de
un aspecto mucho más compacto, moderno y estilizado. Una imagen urbanita pero
agresiva, más personalizable y genuina; para un coche que se desenvuelve como
pez en el agua sobre el asfalto y no se echa a temblar cuando lo abandona. Un
nuevo modelo que incluye todo lo que un SUV urbano necesita ofrecer a día de
hoy.
El Vitara viene cargado de
nuevas tecnologías, con las últimas soluciones en conectividad e
infoentretenimiento, que se controlan desde una amplia pantalla táctil. Lo
mismo sucede en materia de seguridad, donde el Vitara presume de una sólida
carrocería y de asistentes de conducción, como el sistema de asistencia a la
frenada o el control de crucero adaptativo. La oferta de motorizaciones se
compone de dos motores 1.6 litros, tanto gasolina como diésel, que ofrecen 120
y 140 CV, respectivamente.
La garantía de Suzuki, la
fiabilidad de casi 30 años de Vitara y la actual configuración del vehículo le
hacen ser el compañero de viaje ideal en cualquier circunstancia. Capaz de
conquistar cada rincón de la ciudad y fiable como el mejor 4x4 en las aventuras
off-road del fin de semana. Una mezcla que satisface las demandas del sector,
crecer en demanda y demostrar que aquel SUV que inauguró el mercado sigue en
plena forma.
Han 30 años desde que Suzuki
innovó con esta nueva categoría de vehículos, y el nuevo Vitara es más SUV que
nunca. Y es que con un imagen moderna y personalizable, unas dimensiones
perfectas, una completa dotación tecnológica y un comportamiento perfecto en
todos los terrenos, el Vitara sigue siendo el SUV perfecto.
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