Estética rompedora, aerodinámica y
bajo peso para reducir al máximo el consumo, motores innovadores, habitáculo
optimizado, bajos costes de mantenimiento… este pliego de condiciones, que
podría firmar cualquier modelo actual de la marca, corresponde al Citroën AX,
lanzado comercialmente hace 30 años.
Pensado para sustituir al Citroën
Visa y a todo un mito como el Citroën 2CV, el AX cumplió con creces sus
objetivos, con más de 2.400.000 vehículos producidos.
Además de sus prestaciones y su
éxito comercial, el Citroën AX destacó por su carácter optimista con una
campaña de lanzamiento “Genial”, que ha quedado en la memoria colectiva, por
sus versiones deportivas y por contribuir a la apertura de China a Occidente
con la “Operación Dragón”, en 1988.
El AX nació fruto de la reflexión
sobre el futuro de la movilidad y de la búsqueda de soluciones que redujeran al
mínimo el consumo de combustible. Una preocupación que surgió tras la crisis
del petróleo de 1979 y en un contexto en el que el precio del barril se encareció
un 270%. Los ingenieros de Citroën se pusieron manos a la obra. Se estudiaron
todos los factores que podían contribuir a gastar menos, manteniendo las mismas
prestaciones o, incluso, mejorándolas. Del peso a la aerodinámica, pasando por
el rendimiento de los motores, no se dejó ningún cabo suelto.
El resultado de estos trabajos fue
el concept-car Citroën ECO 2000, presentado en el Salón de París de 1984. Marcó
un antes y un después, con un consumo de 2 l/100 Km a una velocidad constante
de 90 Km/h, una velocidad máxima de 140 Km/h y un peso que no alcanzaba la
media tonelada. Ahora, tocaba trasladar estos hallazgos a un vehículo pensado
para comercializarse a gran escala.
Tras varios años de investigación,
el Citroën AX se desveló ante el gran público en la siguiente edición del Salón
del Automóvil de París, la de 1986. La marca apostaba por una estética
rompedora, una aerodinámica récord, con un Cx de 0,31, y pesos de entre 640 Kg
y 695 Kg para conquistar el segmento de los turismos urbanos. Como reto
añadido, debía remplazar a un modelo que tuvo la virtud de sobrevivir a muchos
de sus sucesores: el 2 CV. La optimización del espacio interior, con un
maletero de 273 litros pese a sus dimensiones compactas, un confort en los
mejores niveles de la marca y los bajos costes de mantenimiento eran otras de
sus grandes bazas. En el Citroën AX, todo era nuevo: desde los bajos del
vehículo a los motores, con el estreno de las mecánicas de gasolina TU de 4
cilindros, que marcaron época por su fiabilidad y prestaciones. La vocación
innovadora de este modelo y su obsesión por lograr consumos mínimos le llevaron
a ser pionero en el desarrollo del vehículo eléctrico, con la comercialización
de versiones con batería de níquel-cadmio en 1993.
Esta apuesta por la innovación
técnica y estética conquistó de lleno al gran público. Entre 1986 y 1998, se
fabricaron 2.425.138 unidades del AX, que también fue un vehículo “Made in
Spain”, con 812.951 vehículos fabricados en Vigo, un tercio de la producción
total.
En España, el Citroën AX fue un
éxito. Gracias a él, la marca pasó de una cuota de mercado del 5,2% en 1986 a
un 7,6% en 1988. Además, la decisión de lanzar las versiones con motores y
acabados de alta gama ayudó a mejorar la imagen de Citroën en nuestro país,
donde fue “Coche del Año” en 1988. Unos logros que dejaron abierto el camino
para que la marca liderase las matriculaciones durante varios ejercicios en la
década de 2000.
Deportista, diplomático y genial:
las mil caras del Citroën AX
Si hay un terreno en el que las
cualidades del AX siguen siendo muy apreciadas, es el deportivo. En 1987, un
año después de su lanzamiento comercial, llegó a los puntos de venta la versión
más “racing” de este modelo: el Citroën AX Sport. Ponerle una mecánica de 95 CV
a un vehículo de tan sólo 720 Kg tuvo como resultado que fuera capaz de lograr
una velocidad punta de 186 Km/h. Fue la base de fórmulas de promoción en varios
países europeos. Actualmente, sigue siendo un modelo muy solicitado en el mundo
de los rallies, tanto por sus prestaciones como por su fiabilidad y robustez.
Esta vocación deportiva es
totalmente compatible con una predisposición hacia la aventura y una habilidad
diplomática que pocos podían sospechar. El Citroën AX supo combinar perfectamente
estos ingredientes, dignos de una película de acción o de intriga política, en
la Operación Dragón. En 1988, 140 jóvenes de varios países europeos, montados
en Citroën AX rojos recorrieron 4.500 kilómetros por tierras chinas, en un país
que empezaba a abrirse al resto del mundo. Gran parte de la ruta, que unió
Shenzhen con Pekín, cruzó ciudades y pueblos hasta entonces vedados para los
occidentales.
Esta atracción hacia Oriente tuvo
su reflejo en la campaña de lanzamiento de este modelo, diseñada por Jacques
Séguela. El gran gurú de la publicidad llevó al Citroën AX a la Gran Muralla
China. La imagen que quedó en las retinas, fue la del niño chino haciendo el
signo de la victoria coincidiendo con el slogan “Genial”. Todo un icono
“ochentero”.
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