El auge del coche eléctrico
-especialmente en el mercado chino-, dar respuesta a la necesidades digitales
de los usuarios y la utilización de nuevos materiales ultraligeros, fuertes y
resistentes serán algunas de las tendencias que marcarán la industria del
automóvil el próximo año.
Estas son algunas de las claves a
las que se deberá enfrentar el sector según la consultora tecnológica del
sector del automóvil IFS, que pronostica además que las ventas de vehículos
alternativos a los coches de gasolina doblarán sus ventas y alcanzarán un 20 %
del total de las ventas de 2017, en comparación con el 10 % de 2015.
El grueso de estas nuevas ventas se
producirá en China, que continuará liderando el mercado de la producción de
vehículos eléctricos a gran escala, mientras que Europa y los Estados Unidos
están perdiendo cuota, según apunta el director mundial del sector automoción
de IFS, Steffan Issing, en un comunicado.
En concreto, en 2015 China duplicó
la producción de coches eléctricos desde las 109.000 hasta las 240.000
unidades.
Por otra parte, en 2017 una serie
de materiales “ultraligeros, fuertes y resistentes a los choques” desarrollados
en la Fórmula 1 se trasladarán a la fabricación en serie, ha previsto la
consultora.
Muchos de los fabricantes de
automóviles están consiguiendo grandes progresos en calidad y reducción de
costes, ya que aunque para los equipos de Fórmula 1 el coste no es una prioridad,
para los fabricantes sí lo es, ha afirmado IFS.
Si 2016 ha visto grandes avances en
vehículos de serie que son más seguros, más ligeros y más potentes, el año 2017
traerá más avances en este sentido.
Otra de las tendencias que adelanta
la fuente es que “el poder” de las marcas y la “lealtad” a ellas va a disminuir
a medida que los milenial y las siguientes generaciones de conductores se
decanten por los largos alquileres y el uso compartido de coches en lugar de la
compra.
Para estos nuevos consumidores, las
capacidades digitales serán un “diferenciador fundamental”, ya que tendrán en
cuenta a qué servicios, redes y datos pueden acceder, o la capacidad del
vehículo para conectarse, según IFS.
En opinión de Steffan Issing, “la
concepción de lo que es un coche y qué cosas podemos hacer en él está en
constante cambio” y para los fabricantes y proveedores del sector de la
automoción significa nuevos procesos de producción, nuevas capacidades y nuevas
estrategias.
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