Seguramente muchos conductores se
sentirían intimidados al conducir por la calle un Lamborghini Huracan. Pero
Audi les ofrece una alternativa mucho más llevadera en el día a día y con el
mismo impresionante V10 atmosférico alojado en su estructura de aluminio.
Un año después de la llegada a
nuestro mercado de la segunda generación del R8 Coupé, lo hace su versión
descapotable Spyder. Sus credenciales son irreprochables para estar entre lo
más selecto de los mejores deportivos de carrocería abierta: 540 CV (15 CV más
que en la anterior generación), 3,6 s para acelerar de 0 a 100 km/h (el Huracan
lo hace en 3,2 s) y una velocidad punta de 318 km/h.
No obstante, Audi no ha querido
hacer un coche intimidante reservado solo a los circuitos, el nuevo R8 Spyder
ha recibido especial cuidado en su desarrollo para poder ser utilizado como un
vehículo, muy exclusivo eso sí, pero realista en el día a día. Dotado de una
caja de cambios automática de doble embrague S-tronic de siete relaciones y
tracción a las cuatro ruedas, el R8 Spyder contiene su consumo medio homologado
en 11,7 l/100 km.
En palabras del Stephan Winkelmann,
CEO de Audi Sport, el departamento encargado en Audi de desarrollar los modelos
más deportivos, "el R8 Spyder ofrece lo último en diversión a bordo de un
descapotable". Sensiblemente más ancho que el anterior, el diseño ha
incidido en la forma de cuña que caracteriza a los superdeportivos más rápidos,
acentuada por los afilados faros de tecnología LED.
Chasis reforzado
En el Spyder, solamente 20 segundos,
lo que tarda en esconderse la capota en su compartimento, nos abren unas
posibilidades fascinantes de disfrutar de su increíble potencia a cielo
descubierto. Esta operación se realiza de forma automática gracias a un
mecanismo electrohidráulico y se puede accionar en marcha hasta una velocidad
de 50 km/h. Muy ligera, pues solamente pesa 44 kg en todo su conjunto, la
capota contribuye a que el centro de gravedad del Spyder sea muy bajo, como
corresponde a un deportivo de tan excepcionales prestaciones.
El R8 Spyder está construido a mano
(se tardan unas 40 horas en terminar una unidad) en la fábrica especial de
Neckarsulm (Alemania). Para preservar una rigidez de su estructura similar a la
del Coupé, las vigas de aluminio que talonan su chasis se han realizado en
mayor grosor. Pero sin que el peso total del coche se haya visto incrementado
de forma importante, ya que el Spyder da en la báscula un valor de tan sólo
1.612 kg, gracias en su mayor parte a la profusión del aluminio (casi un 80%
del peso total) combinado con piezas de carbono reforzadas con polímero
asimismo utilizadas en la estructura Audi Space Frame (ASF).
Al conducir por primera vez el Audi
R8 Spyder, nos sentamos delante de un nuevo volante multifunción Performance
Plus, al estilo del introducido por Ferrari en sus modelos. En el de Audi
también hallamos diversos botones muy cerca de nuestros dedos, como el
arranque, el selector de respuesta en seco, mojado y nieve, o el del sonido de
escape que libera los decibelios del motor V10. Además, la transmisión y
suspensión pueden adaptarse a a cuatro diferentes modos de más deportivo a más
trtanquilo gracias al sistema Audi drive select.
Un deportivo muy cómodo
Frente a nosotros disponemos de
toda la información propia del vehículo en el cuadro digital Audi virtual
cockpit con gráficos en 3D. Desde los parámetros de potencia o par del motor a
las fuerzas G, temperatura de los neumáticos o cronómetro para circuito,
disponemos de todas las referencias que podríamos desear en un deportivo de
grandes vuelos.
Pero, para momentos más tranquilos,
también tenemos al alcance de la mano el mando MMI touch (que también se puede
activar mediante la voz) para manejar de forma intuitiva el navegador o el
sofisticado equipo de sonido Bang & Olufsen que, por primera vez en Audi,
integra altavoces en los reposacabezas de los asientos para una perfecta
audición incluso desplazándonos a gran velocidad descapotados.
Las sensaciones de conducción del
Spyder transmitan ante todo mucha confianza. Traza las trayectorias como sobre
raíles gracias a su tracción integral y, en la nueva generación del R8, el tren
delantero demuestra mayor aplomo y precisión. La comodidad a bordo es excelente
por el eficaz aislamiento de la capota textil y por unas suspensiones
perfectamente equilibradas entre la firmeza y el filtrado de las
irregularidades. Sobre todo si el R8 Spyder va dotado de las suspensiones
regulables opcionales Magnetic ride.
El motor parece inagotable. Acelera
de forma lineal hasta las 8.700 revoluciones con un poder que sólo un gran V10
atmosférico de gran cilindrada puede ofrecer. El cambio de doble embrague,
rapidísimo en su actuación, permite cambiar de marcha sin que el 5.2 V10 pierda
régimen en ningún momento, realizando también unas perfectas reducciónes con doble
embrague y un sonido embriagador.
Quizá lo más característico del R8
Spyder es ofrecer un soberbio motor deportivo de corte clásico, pero con una
comodidad de marcha y una practicidad de uso ausentes por lo general en otros
GT con esta elevada potencia. Tan elevada como su precio que, si acudimos a
algunas opciones ofrecidas por Audi como la suspensión electromagnética, los
frenos cerámicos para uso en circuito o la iluminación láser puede superar los
250.000 euros. Y eso sin hablar de las innumerables y posibles
personalizaciones contempladas por el programa Audi Exclusive.
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