Accedemos a un Clinic
de producto, un test en el que entre 300 y 500 clientes potenciales evalúan un
modelo en fase de desarrollo
Los participantes
puntúan el interior y exterior de un vehículo analizando el confort, la
habitabilidad, el diseño e incluso el sonido de las puertas
Un hmbre abre una puerta trasera del coche. La cierra. Comprueba
como suena. La vuelve a abrir. La vuelve a cerrar. Y así dos veces más. Al
terminar, hace una anotación en una tableta digital. A escasos centímetros, una
mujer se sienta en el asiento del conductor. Enciende las luces de cruce y se
baja del coche. Mira el faro. Anota en su tableta. Vuelve a subir y ahora
enciende las de largo alcance. Se baja y vuelve a acercarse al faro. Otra
anotación.
Estas son algunas de
las acciones que llevan a cabo los participantes de un Clinic de Producto. Se
trata de clientes potenciales que evalúan el interior y el exterior de un
modelo en fase de desarrollo dos años antes de su lanzamiento con el objetivo
de “identificar los aspectos a mejorar en un momento en el que todavía tenemos
tiempo de cambiar algunos elementos”, explica Enrique Pastor, responsable de
Estrategia de Producto e Investigación de Mercados de SEAT.
En los Clinics
participan entre 300 y 500 personas, distribuidas en pequeños grupos. Hay quien
se concentra en el tacto: “es suave”, dice una mujer mientras acaricia el
volante. A su lado, un hombre olfatea el asiento de piel para percibir y
puntuar el olor que desprende. En la parte trasera un joven se acomoda y estira
las piernas para comprobar el espacio. Otro recorre los asientos,
acariciándolos con los dedos. Y al fondo, alguien está comprobando la capacidad
del maletero: “es grande”, se susurra a si mismo. Todos, tablet en mano, van
llenando el cuestionario. Se entregan al repaso del coche como si de auténticos
expertos se tratara, no se les escapa ningún detalle.
A lo largo de los
tres años previos al lanzamiento del nuevo modelo se llevan a cabo tres
Clinics. En el primero se pone a prueba la viabilidad del concepto, de la idea;
el segundo se centra en el producto, y el último versa básicamente sobre el
posicionamiento comercial. La utilidad de todos ellos está fuera de duda, pues
en muchos casos ha habido cambios en un modelo tras las opiniones de los
clientes potenciales. Un ejemplo: “En un modelo que vamos a lanzar próximamente
se identificó que la posición de conducción era demasiado baja y se tomaron las
medidas necesarias para elevarla”, explica Enrique Pastor, quien concluye: “si
se dieran unos resultados extremadamente negativos se podría llegar a parar el
lanzamiento de un modelo”. Eso sí, matiza, esta hipótesis “no se ha dado nunca”
en SEAT.
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