Una tercera parte no utiliza el
transporte público por no tener paradas cerca de su domicilio
El 60% reconoce que se mueve en vehículo privado por una
cuestión de comodidad
Casi una quinta parte utilizaría la bicicleta si hubiera
carriles bici más seguros y duchas en los centros de trabajo
En un momento en el que la economía colaborativa parece estar en
auge como fórmula para reducir gastos, sólo el 11,6% de los conductores
reconoce compartir coche para ir al trabajo, según el estudio “Seguridad vial
en el entorno laboral” realizado por Arval, la compañía de movilidad de BNP
Paribas.
Este informe –que analiza los hábitos de desplazamiento diarios
en horario de trabajo de alrededor de medio millar de empleados en la Comunidad
de Madrid- pone de manifiesto que sacudirse el espíritu de propiedad no es
tarea fácil por una cuestión no tanto de insolidaridad como de garantía de
independencia.
De esta forma, casi la mitad (48,7%) de los conductores reconoce
que no tendría inconveniente en compartir coche con personas que tuvieran exactamente
sus mismas pautas de desplazamiento al trabajo, para evitar así tener que
desviarse para recoger o dejar a compañeros de viaje.
Esta concepción del coche como extensión de la libertad
individual es la que convierte al vehículo privado en el medio de transporte
más utilizado para ir al trabajo. De hecho, el Observatorio de la Movilidad
Metropolitana (OMM), confirma que la mayoría de los desplazamientos que se
hacen en Madrid por motivos de trabajo (45%) tienen el coche como protagonista.
Tanto es así que las dos terceras partes de los trabajadores
reconocen que, a pesar del tráfico y las dificultades de aparcamiento, es la
forma más cómoda de llegar a la oficina con mucha diferencia, poniendo de
manifiesto que sería deseable una red de transporte público más tupida.
En este sentido, casi la mitad de los conductores echa en falta
paradas cerca de su centro de trabajo, mientras que un 30,5% reconoce no
tenerlas cerca de sus domicilios, generalmente ubicados en zonas de nueva
construcción. Por esta razón, a pesar de que casi el 44% tiene que llegar con
antelación a su lugar de trabajo para buscar aparcamiento, no se plantea otra
forma de desplazarse que no sea el coche.
El uso de medios de transporte alternativos como puede ser la
bicicleta tampoco están muy extendidos por los empleados, una tendencia que
corrobora el OMM, poniendo de manifiesto que en Madrid sólo el 12% la utiliza
para ir al trabajo. Según Arval, un 66% reconoce que no la utilizaría, mientras
que casi una quinta parte no tendría inconveniente en “darle más a los pedales”
si hubiera conciencia en este sentido, tanto por parte del sector público,
impulsando carriles bici seguros, como por parte del sector privado,
extendiendo el uso de duchas y vestuarios en los centros de trabajo.
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