El Toyota Research Institute-ANN (TRI-ANN) financiará
investigación en inteligencia artificial, ciencia de materiales y robótica en
la Universidad de Michigan.
Se unirá a los otros dos centros Toyota Research
Institute, el de Palo Alto (TRI-PAL), en colaboración con la Universidad de
Stanford, y en Cambridge (TRI-CAM), en colaboración con el Massachusetts
Institute of Technology (MIT).
El CEO del Toyota Research Institute (TRI), Dr. Gill
Pratt, ha anunciado que Toyota creará su tercer centro TRI en Estados Unidos.
La nueva instalación, denominada TRI-ANN, estará situada en Ann Arbor, cerca
del campus de la Universidad de Michigan (U-M), donde financiará investigación
en inteligencia artificial, robótica y ciencia de materiales.
Después del centro TRI inaugurado el pasado enero en
Palo Alto (TRI-PAL), en colaboración con la Universidad de Stanford, y en
Cambridge (TRI-CAM), en colaboración con el Massachusetts Institute of
Technology (MIT), TRI-ANN abrirá sus puertas en junio, con una plantilla
prevista de unas 50 personas.
“Más allá de la extraordinaria labor que desarrolla
ampliamente la Universidad de Michigan para avanzar en la investigación sobre
seguridad en automoción, y en la conducción autónoma, en particular, Toyota
está muy arraigada en la comunidad de Ann Arbor”, explica Pratt. “El TRI
dirigió su atención a Ann Arbor por la potencia de la universidad, el servicio
de Mcity y el Centro de Transformación de la Movilidad, que actualmente
patrocinamos, la promesa del futuro Centro Estadounidense para la Movilidad en
Willow Run y la proximidad y las sinergias con nuestros otros dos centros
técnicos de Toyota, ya consolidados”, apunta el CEO del TRI.
Los centros técnicos de Toyota han llevado a cabo
investigación en el campo de los vehículos autónomos durante más de una
década. Alrededor de 15 miembros del
equipo se trasladarán a las nuevas instalaciones de TRI-ANN cuando se
inauguren. Los profesores de la Universidad de Michigan (U-M) Ryan Eustice y
Edwin Olson entrarán a formar parte de TRI-ANN como directores de las áreas de
mapeo/localización y percepción, respectivamente. Ambos trabajarán en la
oficina de Ann Arbor y conservarán sus puestos en la facultad de la U-M.
"Los equipos y algoritmos de los sensores están
mejorando a un ritmo de vértigo. Los investigadores del TRI subirán el listón
aún más, para conseguir unos vehículos más seguros y unos robots más útiles en
el hogar”, afirma Olson. Eustice añade: “Ann Arbor es una ubicación fantástica
para que TRI amplíe su investigación en la conducción autónoma. Aprovecharemos
el equipo existente de Toyota y el talento en investigación y las instalaciones
de la U-M, donde podemos llevar a cabo pruebas extremas en una amplia variedad
de entornos”.
Si bien el alcance de estos tres centros
estratégicamente localizados será amplio, cada uno de ellos se centrará
principalmente una disciplina distinta. TRI-ANN centrará su atención en la
conducción plenamente autónoma. TRI-PAL trabajará en lo que podría denominarse
conducción de “ángel de la guarda”, donde se requiere constantemente la
implicación del conductor pero el vehículo asiste cuando hace falta. Mientras
que TRI-CAM dedicará una gran parte de su trabajo a la simulación y el aprendizaje
profundo.
El Toyota Research Institute (TRI) es una empresa
diseñada para cubrir la brecha entre la investigación fundamental y el
desarrollo de productos. Con una financiación inicial de 1.000 millones de
dólares, tiene cuatro mandatos originales:
1. Mejorar la seguridad de los automóviles con el
objetivo final de crear un vehículo incapaz de provocar un accidente,
independientemente de la habilidad o el estado del conductor.
2. Mejorar el acceso a los vehículos de quienes de
otro modo no podrían conducir, como es el caso de ancianos y personas con
necesidades especiales.
3. Ayudar a trasladar la experiencia de Toyota creando
productos para la movilidad en productos para la movilidad interior, trasladar
a personas y mercancías por el país, por la ciudad o por una habitación.
4. Acelerar el descubrimiento científico aplicando
técnicas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, particularmente
en el campo de la ciencia de materiales. Mediante la computación y el
aprendizaje automático, se espera acelerar el progreso científico en este
campo, reduciendo los costes y mejorando las prestaciones de los futuros
sistemas de movilidad.
Más allá de los proyectos en que trabajará con las
tres universidades —hay ya más de 30 en marcha con Stanford y el MIT—, el TRI
tiene la intención de colaborar con otros fabricantes de automóviles, empresas
de informática, proveedores, laboratorios de investigación y universidades para
desarrollar conjuntamente tecnologías autónomas.
“A pesar de que el sector, incluido Toyota, ha dado
grandes pasos adelante en los cinco últimos años, mucho de lo que hemos
conseguido conjuntamente ha sido sencillo, porque la conducción es en su mayor
parte sencilla”, señala Pratt. “Cuando
necesitamos mayores niveles de autonomía para ayudar aún más es cuando la
conducción se torna complicada. Esa es la parte que el TRI intenta resolver. El
objetivo de Toyota es una movilidad segura para todos, en cualquier momento y
en cualquier lugar, y las tremendas mejoras de la calidad de vida que esa
movilidad universal puede aportar”, finaliza el CEO del Toyota Research
Institute (TRI).
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