martes, 29 de marzo de 2016

LOS COMERCIANTES DE VEHÍCULOS, PREOCUPADOS POR LA CAÍDA DE LAS VENTAS DE USADOS EN EL PRIMER BIMESTRE




La Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove) ha mostrado su preocupación por la reducción del 9% de las ventas de vehículos de ocasión experimentada durante los dos primeros meses de 2015, con cerca de 260.000 unidades.


Ancove apuntó que la tendencia de caída va en aumento, puesto que el retroceso registrado en enero fue del 7,8%, mientras que la bajada en febrero se elevó hasta el 9,8%. No obstante, la organización espera una mejoría en marzo, gracias al impulso de la Semana Santa.

La asociación apuntó que Seat fue la marca más vendida entre enero y febrero en el mercado de ocasión, con casi 28.000 unidades, un 16,3% menos, por delante de Renault, con unas 26.900 unidades (-16,3%), y de Peugeot, con 22.219 unidades (-10%).

En cuanto a los modelos, el Seat Ibiza fue el coche usado más popular en lo que va de año, con 6.214 unidades, seguido del Volkswagen Golf, con 5.802 unidades, y del Renault Mégane, con 5.502 unidades.

Ancove mostró su preocupación por la posibilidad de que la inestabilidad política y económica internacional estén generando una depresión en el consumo y resaltó que varios indicadores de confianza ya han detectado un descenso en el crecimiento del consumo español desde finales del año pasado y que ha continuado en el primer trimestre de 2016.

El presidente de la organización, Elías Iglesias, apuntó que, aunque las compras de turismos de ocasión se han recuperado a cifras anteriores a la crisis, la rentabilidad de los comerciantes a los que representa Ancove no ha seguido la misma senda.

"Actualmente, las unidades más antiguas, de más de diez años, que dejan una ganancia mínima, suponen cerca del 56% del total de ventas, cuando en 2007, apenas alcanzaban el 28%", añadió el máximo responsable de la asociación.

Por ello, Ancove califica como "imprescindible" la puesta en marcha de una plan estructural de achatarramiento de vehículos antiguos, especialmente diésel, que incentive la compra de coches usados modernos.


Esta medida, en su opinión, reduciría la siniestralidad en las carreteras y la contaminación en las ciudades, al tiempo que tendría un componente social, al apoyar a los más necesitados a cambiar de automóvil.

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