Cada año 1,2 millones de personas pierden la vida en
accidentes de tráfico en todo el mundo, de los cuales un 90% se atribuyen a
errores humanos en la conducción. Esta es una cuestión intrínseca a la
movilidad moderna que tanto Honda como el resto de la industria de la
automoción tratan de aliviar desde hace décadas de la mano de las más
innovadoras tecnologías. La última tendencia es la conducción autónoma, incluso
sin conductor, para la cual la Dirección General de Tráfico ha publicado,
recientemente, un nuevo marco legal que ha convertido España en uno de los
cinco primeros países europeos en legalizar la circulación de los mismos.
Frenar, esquivar obstáculos, comunicarse con otros
vehículos…Los coches actuales incorporan ya todo tipo de tecnologías de
seguridad activa cuyo objetivo es evitar despistes del conductor y reducir los
accidentes en la carretera. Según un estudio del RACC, el club del automóvil
catalán, si se instalaran los sistemas de frenada automática de emergencia en
todos los coches, se evitaría uno de cada cinco accidentes de tráfico en
España. Aunque la disponibilidad de estos sistemas de seguridad se duplicó de
2013 a 2014, la mayoría siguen siendo opcionales.
La automatización de la conducción es un área clave no
sólo para reducir accidentes, sino también para alcanzar una gestión más
eficiente del tráfico urbano, que contribuiría a reducir emisiones de CO2, a
mejorar la calidad del aire y a hacer los desplazamientos más eficientes,
cómodos y seguros para todos. De hecho, otro de los aspectos que hacen la
investigación en este ámbito relevante es la ampliación de la libertad de
autonomía de las personas con límites de movilidad personal.
Cuando la electrónica se alía con las TIC
La colaboración intersectorial es una de las
características de la conducción del futuro y requiere en muchos casos del
partenariado público-privado. El coche autónomo depende de la alianza entre las
industrias de la automoción, las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) y los gobiernos.
Toshio Tokoyama, Ingeniero Jefe Senior en Honda R&D,
señala las cuatro áreas tecnológicas clave del desarrollo del coche
automatizado:
Localización: con mapas digitales, GPS, etc.
Reconocimiento del estado de la carretera: que recoge
información sobre los elementos del entorno, como otros vehículos o peatones, a
través de cámaras y radares
Planificación de trayectos: que analiza datos para
identificar la ruta más eficiente
Control del vehículo: que incluye las tecnologías de
seguridad activa
La herencia de ASIMO
Para avanzar en estas cuatro direcciones
fundamentales, Honda cuenta con la ventaja de las décadas de investigación y
desarrollo de su robot humanoide ASIMO, que también necesita sofisticados
métodos de localización y control del entorno.
El coche inteligente es un coche conectado. Desde el año
2000, Honda se ha centrado en los sistemas de intercomunicación, orientados a
cubrir los momentos de falta de atención por parte del conductor o de
visibilidad deficiente. Más recientemente, Honda ha bautizado como Honda
SENSING su sistema general de tecnologías avanzadas de seguridad que equipan la
gama de la compañía y ha publicado también una hoja de ruta para el desarrollo
de tecnologías de seguridad hasta 2020.
En el ITS World Congress Tokyo 2013, la Compañía
mostró sus últimos avances en sistemas inteligentes de apoyo al tráfico y a la
seguridad, basados en tecnologías de comunicación interactiva. Por ejemplo, el
sistema de estacionamiento automático (automatic valet parking system), que
permite aparcar el automóvil de modo autónomo al equipararlo con un sistema
WI-FI y una cámara de visión trasera.
Funcionalidades del Honda Sensing
El año pasado, en el ITS World Congress celebrado en
Detroit, Honda hizo una demostración de todas sus tecnologías de conducción
automatizada, que combinan tres elementos clave: el sistema Honda SENSING; el
sistema DSRC (Dedicated Short Range Communications), un sistema de comunicación
de corta distancia que conecta el vehículo con datos emitidos por los
smartphones de los peatones y ciclistas del entorno; y el crucero automatizado,
que incluye entrada y salida y cambio de carril. La Compañía declaró de esta
manera su intención de convertir en realidad la conducción automatizada en
carretera en un futuro cercano.
El nuevo Honda CR-V lanzado este año fue el primer
coche del mercado en incorporar un sistema de control de crucero predictivo
inteligente: el i-ACC (Intelligent Adaptative Cruise Control), un sistema que
reacciona automáticamente ante la incorporación de otros vehículos delante del
nuestro que no respetan la distancia de seguridad.
Pero… ¿y el placer de conducir?
Los ingenieros de Honda se han asegurado de que,
aunque con el tiempo lleguemos a la conducción totalmente automatizada, no se
pierda el placer de conducir, uno de los valores fundamentales de la compañía.
La diversión al volante seguirá siendo uno de los valores a ofrecer en los
modelos Honda. Así, se combinará la seguridad y eficiencia medioambiental y de
gestión del coche autónomo con la emoción de conducir de siempre.
Objetivo: cero colisiones
¿Llegaremos a tener en casa un coche inteligente que
nos traslade sin tener que conducir? Aunque los interrogantes tecnológicos y
legales se van resolviendo, los coches sin conductor aún tienen importantes
problemas de adaptación al mercado. Un reciente estudio de la consultora
McKinsey&Company prevé que estos problemas se superarán hacia el año 2030 y
que el coche completamente autónomo se convertirá en el principal medio de
transporte veinte años después, hacia el año 2050.
Hasta entonces, lo más importante es seguir
desarrollando dispositivos de reconocimiento de posición equipados con
sensores, radares y cámaras, que contribuyen a reducir los accidentes teniendo
en cuenta la complejidad del tráfico urbano.
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