¿Has utilizado alguna vez la expresión tener paredes
de papel? La penetración del ruido en casa es un problema más habitual de lo
que parece, principalmente si tenemos en cuenta que hasta 2009, año en el que
entró en vigor el Documento Básico de Protección Frente al Ruido, las viviendas
se construyeron sin atender a criterios acústicos. Por ello, más de 85% de las
viviendas españolas, no cuenta con un aislamiento acústico adecuado.
Son múltiples las fuentes que pueden perturbar nuestro
bienestar dentro del hogar: los electrodomésticos del vecino, ascensores, un
bar debajo de nuestro edificio, obras… Aunque como recuerda Danosa,
especialista en soluciones integrales para la construcción sostenible, el
tráfico rodado, es decir, la circulación de los vehículos, genera el 80% del
ruido ambiental producido en una ciudad.
El problema del ruido ambiental ha ganado un gran peso
en los últimos años, ya que se conocen más sus efectos perjudiciales en la
salud humana. Por ello, son numerosas las leyes que intentan regular esta
situación. En el caso de España, los valores límite son 65 decibelios para las
horas del día, y 55 para la noche. Para hacernos una idea, sólo la aspiradora
genera 65 decibelios.
Si bien es cierto que eliminar el ruido por completo
es casi imposible, utilizar un buen aislante acústico puede reducir
significativamente las molestias, tanto las que padecemos en casa como las que
emitimos. Danosa recuerda que este tipo de aislamiento es el más sencillo de
aplicar en una obra en edificación, pero se convierte en un problema muy
difícil de solventar en una vivienda ya habitada. No obstante, la implantación
de aislantes acústicos en la vivienda puede llegar a reducir las molestias
hasta en un 70%.
Dime dónde está el problema y te diré cuál es la
solución
Al igual que el ruido procede de varias fuentes,
también lo son las soluciones para paliar tan sonoro problema. Desde Danosa,
destacan tres tipos de ruidos: aéreo, el que se cuela por la ventana desde la
calle, de impacto, pisadas, arrastres de mobiliario o electrodomésticos en
funcionamiento, y estructural, por ejemplo el que procede de un tren
subterráneo.
El primer paso, es detectar cuál es el problema para
poder aplicar la mejor solución. Tal y como recuerda Danosa, el ruido puede
convertirse en un gran dolor de cabeza porque ‘se cuela’ por muchas zonas, por
lo que aislando una única pared puede que no sea suficiente para que se
solucione el problema.
Existen diferentes materiales para aislar
acústicamente un edificio, espumas de poliuretano, lanas minerales,
geotextiles, planchas asfálticas… En el caso de que el ruido proceda del
exterior, algo muy habitual en grandes ciudades como Madrid o Barcelona con
fuertes flujos de tráfico, una buena solución es colocar ventanas con doble
acristalamiento y con cámara de aire intermedia.
En cambio, si el ruido procede de la casa contigua,
habrá que trasdosar (levantar por el interior de la vivienda un nuevo tabique)
los tabiques medianeros entre pisos, por lo que es posible que haya que contar
con la colaboración de los vecinos para que acondicionen sus casas.
Si es de arriba de donde proceden las ruidosas
molestias, el techo es el punto clave. Normalmente los falsos techos son una
buena solución. Eso sí, si los ruidos son de impacto (movimiento de muebles,
unos tacones…) la única manera de acabar con ello es que los propietarios del
piso superior coloquen una solera aislante. En el caso que el sonido venga del
piso inferior, tendremos que aislar nuestro suelo.
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