viernes, 27 de noviembre de 2015

GANVAM CALCULA QUE LA PRÓRROGA DEL PIVE 8 IMPULSARÁ LAS VENTAS HASTA UN 9% EN 2016




Estiman que los 100 millones sobrantes del presupuesto anterior generarán una demanda de 125.000 unidades

La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (GANVAM) calcula que la decisión del Gobierno de extender hasta mediados de 2016 la dotación sobrante del PIVE 8 permitirá un crecimiento de las ventas de coches de hasta el 9% el próximo año, lo que supone elevar en tres puntos la previsión inicial. La patronal estima que los 100 millones de euros que se destinarán a la prórroga generarán un demanda de 125.000 unidades.

Así, gracias a la continuidad de los incentivos a la compra –que previsiblemente aprobará el Consejo de Ministros mañana o el viernes próximo-, las matriculaciones se situarán el próximo año en el entorno de las  1.120.000 unidades,  acercándose ya a la situación natural del mercado que, por su nivel de población y renta per cápita, está fijada en los 1,2 millones de unidades al año.

De esta forma, los vendedores, que celebraron hoy en Madrid una jornada sectorial sobre el futuro del sector y la rentabilidad de la distribución, reconocieron el papel que las sucesivas ediciones del plan PIVE ha tenido en la recuperación de la demanda y ligaron la salud del sector automoción al programa de incentivos que permitirá romper la barrera psicológica del millón de unidades este año, con un aumento del 20,5%.

Para los vendedores, si bien es cierto que los primeros síntomas de recuperación económica han tenido un efecto directo en la mejora de la demanda, lo cierto es que los planes de incentivo a la compra siguen actuando como dinamizadores del consumo, al menos hasta que fluya por completo el crédito, en un mercado en el que ocho de cada diez operaciones precisan de financiación. En la actualidad, el crédito al consumo en España es el más caro de la zona Euro pues, según datos del Banco Central Europeo (BCE), su precio está cuatro puntos porcentuales más alto que la media.

Artífice de la rentabilidad de las redes

Asimismo, reconocieron que es precisamente el impulso de los planes de incentivo el que ha ayudado a recuperar los números negros en las cuentas de resultados de las redes de distribución, que incrementaron ligeramente su rentabilidad en el primer semestre. Concretamente, el resultado de los concesionarios se situó en el 1,4%, frente al 0,7% de un año antes, gracias al buen comportamiento del área de ventas, que aportó al resultado global un 52%, seis puntos más que hace un año.

No sucede así con la posventa que en los últimos años viene perdiendo peso en su contribución a la rentabilidad del negocio debido, principalmente, a la creciente antigüedad del parque donde más de la mitad supera ya los 11 años de media. De esta forma, en la primera mitad del año el área de taller y recambio aportaba el 48% al resultado global, frente al 54% de un año antes.

Según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, “el impulso a la demanda de las distintas ediciones del PIVE permitirá estabilizar este año la antigüedad del parque en el entorno de los 10,2 años Este freno al envejecimiento tendrá también un impacto positivo en los talleres, ya que los vehículos jóvenes son los que más se reparan por garantía del fabricante y seguro a todo riesgo. Actualmente, los modelos de cinco años sólo representan un tercio de los ingresos de la posventa, cuando hace seis años suponían casi la mitad”.

Para los vendedores, no hay motivo para que el programa de incentivos no se articule con continuidad ya que no supone un gasto para el Estado sino una inversión, teniendo en cuenta que por cada euro recupera dos vía impuestos, por no hablar del impacto directo sobre el rejuvenecimiento del parque, el medio ambiente y la seguridad vial. Un coche de 10 años emite hasta un 95% más de partículas que uno nuevo y tiene también el doble de probabilidades de registrar accidentes con víctimas.

El Plan PIVE se puso en marcha en 2012 y, hasta la fecha, a lo largo de sus ocho ediciones ha permitido sustituir más de 1,3 millones de vehículos por modelos más eficientes, logrando un impacto económico superior a los 10.000 millones de euros. La octava edición, que se aprobó el pasado mes de mayo, contó con una dotación presupuestaria de 225 millones de euros, la mayor de las diferentes ediciones. Como novedad, recogía además una reducción del importe de los incentivos por vehículo, que pasaron de 2.000 a 1.500 euros con carácter general, lo que –unido a la exigencia de 12 meses de titularidad previa e ITV en vigor- ha permitido que el presupuesto sobrante se utilice para alargar el plan hasta el 31 de julio de 2016 en lugar de finalizar próximo 31 de diciembre, tal y como estaba previsto.

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