Ocurrió en Suiza, donde un joven de 20
años quemó el Ferrari 458 Italia que le había regalado su padre (ese que véis
en la foto) para que le compraran un Ferrari 488 GTB.
Su intención era estafar
al seguro para que abonase parte del importe del nuevo, pero el joven y dos
amigos, decidieron prender fuego al deportivo justo en una zona abarrotada de
cámaras de seguridad.
El seguro reclamó las grabaciones y determinaron que se
trataba de un intento de fraude. El joven se ha quedado sin ferrari y tendrá
que cumplir una pena de 22 meses de libertad condicional y una multa de 30.000€
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