.- Las instalaciones ocupan una
superficie de 30.000 metros cuadrados, e incluyen tres túneles, uno
aerodinámico, otro termal y un túnel climático.
.- En el túnel aerodinámico se pueden
simular corrientes de viento de hasta 300 km/h.
Madrid, 18 de agosto de 2015 – Cuanto
más fácil es para un coche vencer la resistencia del aire menor es su consumo
y, por lo tanto, mayor su eficiencia. En el Centro del Túnel de Viento de Audi,
los expertos de la marca de los cuatro aros trabajan para mejorar la aerodinámica
tanto de sus vehículos de producción como de coches de carreras. Además, las
instalaciones juegan un papel esencial en el desarrollo de nuevos modelos
también en materia de seguridad y confort.
La competencia de Audi en el desarrollo
de la aerodinámica de sus vehículos se remonta a tiempo atrás. Allá por el año
1982, el Audi 100 se lanzó al mercado con un excepcional coeficiente
aerodinámico para su época, un Cx de 0.30. Su diseño de líneas fluidas y su
aerodinámica se consideraron revolucionarios, y permitieron al Audi 100
registrar unos consumos muy bajos para el momento. En 1999, el Audi A2 con su
carrocería fabricada en aluminio y un Cx de sólo 0.25 puso de manifiesto la
experiencia de los ingenieros de Audi en el ámbito de la construcción ligera y
de la aerodinámica.
En la actualidad, la berlina más alta de
la gama, el Audi A8, ofrece un coeficiente de resistencia aerodinámica Cx de
0.26, algo que no está al alcance ni siquiera de muchos coches deportivos. En
el nuevo Audi R8, el trabajo conjunto del alerón trasero y el difusor situado
en los bajos del vehículo puede llegar a generar un apoyo aerodinámico de hasta
140 kg para mejorar el agarre en curva a altas velocidades. El nuevo Audi Q7
también se mueve a la cabeza de su segmento: respecto a la anterior generación,
el coeficiente aerodinámico pasa de 0.37 a 0.32, llegando incluso a 0.31 en
algunas versiones. Y el nuevo Audi A4 establece una nueva referencia en su
categoría superando claramente a sus competidores: la berlina tiene un
coeficiente de penetración de 0.23, mientras que el Cx del A4 Avant es de 0.26.
Que un coche tenga una aerodinámica
favorable es una buena noticia para el cliente: circulando a velocidades de
autopista, la resistencia aerodinámica representa casi la mitad de la energía
que produce el combustible utilizado para mover el vehículo. Cualquier mínimo
factor tiene su repercusión en la aerodinámica y, por lo tanto, en la
eficiencia: una centésima en el valor del coeficiente aerodinámico se
corresponde aproximadamente con un gramo de emisiones de CO2 por kilómetro en
los gases de escape.
Numerosos detalles en la carrocería de
sus vehículos le sirven a Audi para reducir el coeficiente aerodinámico de
todos sus modelos, desde el diseño de los retrovisores exteriores hasta el de
las ruedas. El estudiado flujo de aire en la zona posterior del coche tiene
además un efecto positivo sobre la estabilidad del vehículo, particularmente a
velocidades altas. El estudio de las
fuerzas aerodinámicas también incluye el flujo de la corriente de aire en los
bajos del vehículo y en el compartimento del motor, lo que en conjunto puede
suponer la mitad de la resistencia contra el viento.
La aerodinámica del Audi R8 LMS
Los ingenieros del departamento de
competición trabajan en la aerodinámica de los coches de carreras en estrecha
colaboración con los expertos responsables de desarrollar los vehículos de
serie, y para ello cuentan con el túnel de viento. El nuevo Audi R8 LMS GT3 se
ha mejorado con soluciones a medida como una carrocería totalmente nueva
realizada en CFRP, un nuevo concepto de flujo de aire para los sistemas de
refrigeración y para el compartimiento del piloto, unos bajos totalmente
carenados, un difusor trasero integrado y un alerón trasero optimizado.
Los bajos del vehículo carenados y el
difusor trasero generan una gran carga aerodinámica –la fuerza que ayuda a que
el coche se agarre al asfalto y, por lo tanto, que permite una gran velocidad
de paso por curva–, lo que permite diseñar un alerón trasero más pequeño, ya
que no necesita producir tanta carga. A su vez, el alerón más pequeño reduce la
resistencia aerodinámica. Gracias a esta alta eficiencia aerodinámica –la
relación entre la carga y la resistencia– es posible conseguir una mayor
velocidad máxima. Audi ha reducido el coeficiente de resistencia del R8 LMS en
un 20 por ciento, hasta un Cx de 0.4, por lo que el nuevo coche de carreras
combina una alta velocidad máxima con una carga que permite aumentar al mismo
tiempo el empuje del coche contra el suelo y, por lo tanto, la velocidad y el
agarre en curva.
En muchos casos, los ingenieros y
diseñadores de los modelos de serie también se benefician de las medidas
ensayadas en competición. El nuevo Audi TT, o los modelos RS, por ejemplo,
cuentan con una serie de barras divisorias verticales en las entradas de aire
que hacen las veces de spoilers en la parte delantera, dirigiendo el flujo de
aire para que se distribuya hacia los laterales. El desarrollo aerodinámico de
los coches de serie y los de carreras está estrechamente interrelacionado en
Audi, y en ambos casos se utilizan las instalaciones del Centro del Túnel de
Viento en Ingolstadt.
El Centro del Túnel de Viento en Audi:
vientos hasta 300 km/h
Las instalaciones se componen de tres
túneles de viento que ocupan más de 10.000 metros cuadrados, todas situadas
bajo el mismo techo, incluyendo las salas de control, una cámara climática
independiente, una zona de taller y tres laboratorios de pruebas.
Cada uno de los tres túneles de viento
se ha diseñado para un propósito específico, por lo que se complementan entre
sí. El mayor de todos es el Túnel de Viento de Aerodinámica y Aeroacústica
(AAWT, Aerodynamics and Aeroacustic Wind Tunnel). Casi la mitad de la
resistencia aerodinámica de un vehículo se genera entre el suelo y las ruedas,
así como en los propios pasos de rueda. Por ello, el AAWT está equipado con una
cinta móvil que simula la superficie de una carretera, capaz de moverse a
velocidades de hasta 235 km/h. Un enorme rotor de 5 metros de diámetro equipado
con 20 aspas e impulsado por un motor trifásico que genera hasta 2.720 kW/h de
potencia es capaz de generar corrientes de viento de hasta 300 km/h de
velocidad, suficiente para realizar pruebas incluso a los prototipos para Le
Mans. El flujo de aire se dirige sobre los coches firmemente sujetos que ruedan
sobre el suelo móvil; se utilizan tanto vehículos a escala 1:1 como modelos a
escala 1:4 o 1:2,5.
En este túnel de viento también se
ensaya la aeroacústica, un campo técnico en el que Audi supera a sus
competidores. La instalación es muy silenciosa: para una velocidad de viento de
100 km/h el nivel sonoro es de sólo 50 decibelios. El aire se hace circular en
un circuito cerrado, dirigido por grandes perfiles realizados en un material
especial para amortiguar el ruido. Un sistema especial de reducción de ruido
anula las ondas de presión de baja frecuencia que podrían provocar resultados
erróneos en las mediciones. Toda la cámara está forrada por elementos
especiales de espuma que hacen de resonadores y también amortiguan las ondas
sonoras. En la actualidad, el estudio de la aerodinámica y la aeroacústica está
cobrando especial importancia, sobre todo, en el desarrollo de los nuevos
vehículos híbridos y eléctricos.
En el Túnel de Viento Termal (TWT,
Thermal Wind Tunnel) es donde Audi pone a prueba los sistemas de refrigeración
del motor, de los frenos y de compartimento de los pasajeros. Un intercambiador
de calor en el circuito de aire hace que sea posible calentar la sala hasta
unos 55 grados Celsius, y también se calienta el suelo para simular la
superficie de una carretera al sol. Las turbinas del TWT pueden soplar aire
hasta una velocidad máxima de 275 km/h. La distancia de medición es algo más
corta que en el AAWT, porque generalmente para estos ensayos sólo es necesario
someter a un alto flujo de aire a la parte delantera del vehículo.
El tercer túnel de viento es el Túnel
Climático (CWT, Climatic Wind Tunnel), cuyas turbinas también pueden generar
corrientes de viento con velocidades de hasta 300 km/h. Tres motores con una
potencia de salida de 3 megavatios producen frío, y el vapor generado por un
intercambiador de calor humedece el aire, mientras que para simular la luz del
sol se utilizan 50 lámparas térmicas especiales con una potencia de 1,2 kW por
metro cuadrado. Un sistema de aspersión de agua puede suministrar hasta 2.500
litros de agua a la hora, para simular las condiciones de fuerte lluvia. En
este túnel pueden reproducirse casi todas las condiciones posibles, desde el
frío siberiano al calor de los trópicos. Su rango de temperatura es de -25 a
+55 grados Celsius, lo que permite prescindir de muchas pruebas en carretera,
lo que también ayuda a reducir las emisiones de CO2 en la fase de desarrollo de
un nuevo vehículo.
Antes de lanzarse al mercado, cada nuevo
modelo de Audi pasa unas 250 veces por las distintas instalaciones del Centro
de Túnel de Viento de Audi, en las que se realizan más de 6.500 horas de
ensayos al año. Y además de ser una herramienta imprescindible para el
desarrollo de sus vehículos de calle y de sus coches de competición, al túnel
de viento de Audi también acuden a perfeccionar su rendimiento deportistas de
alto nivel de distintas disciplinas, como el esquí, la natación, la vela o el
ciclismo. Estos deportistas pueden
utilizar las avanzadas instalaciones de Audi para trabajar la posición de su
cuerpo, o estudiar el comportamiento de su vestimenta o su equipación, siempre
con el objetivo de ser más eficientes para mejorar sus tiempos.
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