Estas palabras, que
pertenecen nada menos que al gran Juan Manuel Fangio, representan a la
perfección el espíritu de estrecha colaboración que ha unido a Pirelli y
Maserati durante un siglo, tanto en la competición como en la carretera. Fangio
fue probablemente el mayor exponente de esta asociación entre las dos empresas,
con su 250F sumando victorias en Grandes Premios con una consistencia
impresionante, hasta su último campeonato del mundo en 1957, que cerraba un
círculo que se inició con su primer título con Maserati en 1954.
Pero las raíces de la
asociación técnica entre estas dos empresas, que se han convertido en iconos de
la industria de la automoción italiana se remontan mucho más allá, a la época
en la que los neumáticos Pirelli se bautizaron como “Stella Bianca”. De hecho,
a inicios del pasado siglo, Pirelli y Maserati ya se asociaron, cuando el
Maserati ocho cilindros de Giuseppe Campari logró la victoria en el Gran Premio
de Francia de 1933. Esta época triunfal duró más de 30 años, justo cuando el
neumático radial empezaba a evoucionar. Luego vino la época dorada de Gigi
Villoresi y Giuseppe Farina, momento en el que el Pirelli Stelvio sustituyó a
la venerable Stella Bianca como “neumático de la victoria”. Desde el Gran
Premio de Italia de 1953, la estrella de Fangio empezó a brillar.
La alianza que unió a
Maserati y Pirelli en la pista también tuvo un profundo impacto en los
productos de carretera, a través de la transformación que supuso para Pirelli
la introducción del nuevo Cinturato en 1960: un nombre que aún se utiliza en la
actualidad. En 1961, el Maserati 3500 GT Spyder y el Coupé fueron equipados con
Cinturato S. Este neumático de referencia pasaría a convertirse en la versión
HS (alta velocidad) en 1963; un modelo que equipa el Maserati 5000. La medida
205 VR 15 que se estrenó en el Maserati 5000 llegaría a equipar toda la gama
del fabricante durante la década de 1960: desde el 4000 Coupé y Spyder, hasta
el Sebring, el Quattroporte y el 4700 México. La década de los 70 supuso la
magnífica entrada en escena del Ghibli, con neumáticos de Pirelli 'Serie 70' de
perfil bajo. Estas cubiertas de referencia llevan el marcado CN72, también
conocido como “el americano”.
Pirelli y Maserati se
reunieron muchos años más tarde, tras un largo período de cambio. A principios
de la década de 2000, se lanzó el buque insignia de los neumáticos Pirelli,
el P ZERO, que se convirtió en
el “neumático de la victoria” al igual que sus ilustres predecesores, tanto en
la carretera como en la pista. En 2002, el P ZERO fue seleccionado por Maserati
como el neumático que acompañaría a la marca en su retorno a la competición,
con el Trofeo Maserati; un campeonato para los nuevos y potentes modelos Coupé
y Spyder, que volvió a encender la pasión deportiva ligada al ADN de Maserati
en todo el mundo. En 2003, nació el proyecto MC12: un superdeportivo de 12
cilindros que participó en el reconocido campeonato FIA GT en 2005, equipando
Pirelli P ZERO.
El último capítulo de esta
colaboración, que supera el siglo, llega de la mano de los actuales
Quattroporte y Ghibli, ambos equipados con neumáticos Pirelli pero, a
diferencia de sus antecesores, estos neumáticos están hechos a medida. Las
cubiertas Maserati hechas a medida pueden ser identificadas por el marcaje
“MGT” en su flanco: un sello distintivo que acredita que el neumático es capaz
de satisfacer las necesidades y características del prestigioso fabricante
italiano de automóviles.
Los neumáticos Pirelli
personalizados para Maserati contribuyen a la personalidad individual e
inconfundible de cada coche que, como decía Fangio, "no es sólo un pedazo
de metal, sino una criatura con un corazón latiendo." Y eso es exactamente
lo que se ha perseguido a lo largo de un siglo lleno de pasión combinada con
tecnología de última generación.
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