En el frontal destaca su
trabajada aerodinámica, los faros y las entradas de aire que le dan un aspecto
agresivo y los retrovisores que están montados en el techo.
La trasera es igual de
espectacular con unos pilotos circulares que sí se parecen a los actuales, pero
con algunos elementos que no se parecen a nada que hayamos visto. Más que un
coche de calle parece un coche de alguna competición del futuro.
Del interior no se desvelan
detalles pero se observa en el diseño que es biplaza y que los asientos están
colocados en semi-tándem, el del conductor más adelantado que el del pasajero.
Las prestaciones son de
escándalo, desarrolla 900 caballos de potencia con su motor V8 biturbo. Además
monta un sistema KERS que aporta un extra de 300 caballos al conductor, todo
esto con un peso de solamente 800 kilogramos.
El 0 a 100 km/h se haría en
2,2 segundos y la velocidad máxima de este futurista prototipo sería de 500
km/h. En unos años veremos si los diseños de Ferrari se acercan o no a esta
atrevida recreación.
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