viernes, 21 de febrero de 2014

AL VOLANTE DEL MACAN, UN AUTÉNTICO PORSCHE CON ROPAJES DE SUV



Después del rotundo éxito del Cayenne, Porsche se aventura ahora con el Macan, el quinto modelo de su gama con el que entrará a luchar en un segmento en pleno auge y que seguirá creciendo a pasos agigantados: el de los SUV premium de tamaño medio. De hecho, se espera que en los próximos diez años los modelos de esta categoría aumenten su volumen de ventas en más de un tres por ciento en cada uno de ellos.



Así se entiende mejor que el fabricante con base en Stuttgart haya multiplicado por tres la superficie de su planta de Leipzig y duplicado el número de trabajadores para acoger la producción completa del nuevo Macan. En esa planta también se realiza el montaje final del Cayenne y el Panamera, pero no un ciclo completo como ocurrirá ahora con el nuevo SUV compacto.

Las primeras unidades para el mercado español se entregarán en abril y tendrán un precio de arranque de 63.153 euros en el caso del Macan S Diésel equipado con neumáticos todo-tiempo que le permiten situarse en una franja inferior del impuesto de matriculación respecto a la versión con la monta de serie, que se va a los 65.664 euros. El Macan S de gasolina costará 68.175 euros mientras que el todopoderoso Macan Turbo se dispara hasta los 93.102 euros.


Nuestra primera toma de contacto con uno de los coches más esperados del año tuvo como base el centro de relación con el cliente de la fábrica de Leipzig, el edificio en el que los clientes que así lo desean (y que pagan un plus por ello) reciben sus vehículos directamente desde la cadena de montaje.

En su circuito de velocidad tuvimos la oportunidad de experimentar la diferencia prestacional de las dos versiones de gasolina. Entre el Macan S (propulsado por un motor tres litros V6 biturbo de 340 caballos) y el Macan Turbo (con un 3.6 V6 biturbo de 400 CV bajo el capó) se abre un abismo de sensaciones bastante profundo, tanto que incluso nos entra la tentación de asegurar que los 30.000 euros que cuesta más el Turbo están justificados sólo por eso. Sería exagerar porque el Macan S satisfará las necesidades de los más exigentes, pero el poderío del Turbo, que pudimos experimentar en las amplísimas autopistas alemanas, pone un puntito de emoción que casi hace que nos olvidemos del precio.


También es brillante el rendimiento del Macan S Diésel, y en este caso no sólo por la capacidad prestacional del 3.0 V6 de gasóleo con sus 258 caballos sino, sobre todo, por su increíble refinamiento a nivel de sonoridad y vibraciones. En este aspecto no tiene nada que envidiar a los gasolina aunque, lógicamente, su sonido no es tan excitante. A cambio, reduce el consumo de los V6 biturbo (que se mueven en una horquilla entre los 8,7 y los 9,2) hasta los 6,1 litros de promedio que logra con la monta de neumáticos más eficiente.

Dinámicamente el Macan está al mejor nivel de la categoría, y más si completamos su dotación inicial con los elementos opcionales que Porsche pone a disposición de su nuevo SUV: desde la suspensión neumática autonivelante (novedad en el segmento) hasta el control activo de par para el eje trasero o los frenos cerámicos. Todos, por supuesto, incorporan un sistema de tracción total PTM que es capaz de variar el reparto del par pasando incluso el cien por cien de la fuerza del motor a las ruedas delanteras si fuese necesario.


Como armas todoterreno el Macan cuenta de serie con un programa off road que adapta todos los sistemas electrónicos a la conducción en campo (cambio automático, control de tracción, sensibilidad del gas) y un efectivo control de descenso. Además, si montamos la suspensión neumática opcional, dispondremos de cuatro centímetros más de altura libre al suelo (de 19 a 23 centímetros), una ayuda interesante para atacar zonas escarpadas.

El nuevo SUV de Porsche es un todoterreno en toda la extensión de la palabra. No sólo porque es eficaz en campo o en carretera (nos ha sorprendido el confort de suspensión que muestran todas las versiones a la hora de rodar a ritmos legales) sino porque ante la máxima exigencia deportiva no muestra las limitaciones que podríamos esperar de un 'aparato' de casi dos toneladas. Y sus plazas traseras, adecuadas para dos ocupantes pero no tanto para tres y los 500 litros de maletero completan un conjunto muy utilizable en todas las circunstancias. Veremos si con todo ello es capaz de desbancar al Cayenne como el modelo Porsche más vendido.

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