- La automovilística incrementó sus pérdidas un 4,9% en 2013
- Peugeot crecerá un 12,5% en ventas en España durante este año
El
grupo francés PSA Peugeot Citroen, cuyas ventas mundiales volvieron a caer un
4,9 % el pasado año después de haber tenido unas pérdidas récord en 2012, va a
tratar de buscar la salvación con la entrada en su capital de su socio chino
Dongfeng y del Estado francés.
El
consejo de vigilancia de PSA dio anoche un “principio de acuerdo” al aumento de
capital, que tendrá una parte reservada para Dongfeng y el Estado francés, lo
que significará que se convertirán en accionistas de referencia junto a la
familia Peugeot, que perderá así el control que ha ejercido casi en exclusiva
durante toda la historia de la compañía.
Un
portavoz de la dirección se esforzó en subrayar que a partir de ahora, y en un
plazo que no está determinado de antemano, se van a negociar los detalles de la
operación, es decir, cuánto pondrá y qué porcentaje tendrá finalmente cada uno.
El
portavoz hizo hincapié en que “ha habido cohesión total” en el consejo, una
forma de acabar con las especulaciones sobre las divergencias en el mismo seno
de la familia Peugeot entre los que apostaban por lanzar una emisión de nuevos
títulos íntegramente destinada al público y los que consideraban indispensable
el apoyo de un socio industrial como Dongfeng y el respaldo del Estado.
El
dispositivo debería conocerse de aquí a la presentación de los resultados
financieros el próximo 19 de febrero, pero según diversas filtraciones a la
prensa, la idea que se impone es que la ampliación de capital será de unos
3.000 millones de euros, y que la mitad estará reservada a los nuevos
accionistas de referencia.
“Les
Echos” indicó que el escenario central es que tanto Dongfeng como el Estado
francés pasen a tener alrededor del 14 % con la aportación de unos 750 millones
de euros cada uno, mientras que la familia Peugeot también suscribirá algunos
títulos nuevos para que su participación (ahora es del 25 %) sea de un nivel
equivalente.
Eso
tendrá como primera consecuencia un cambio en las estructuras directivas de la
compañía, que no se limitará a la prevista llegada al puesto de responsable
ejecutivo de Carlos Tavares -antiguo “número dos” de Renault- en sustitución de
Philippe Varin, probablemente desde ese mismo 19 de febrero.
La
familia Peugeot puede perder la presidencia del directorio y ser asumida por
una personalidad designada a instancias del Gobierno francés.
Entre
los nombres que suenan está el expresidente de EADS, Louis Gallois, que ya está
en el consejo de administración del fabricante automovilístico desde que en
octubre de 2012 el Estado francés acudió en su salvamento y se ofreció como
garantía de 7.000 millones de euros para que pudiera seguir funcionando su
filial de financiación.
Tras
las esperanzas que suscitó la alianza con General Motors, que se saldó el
pasado año con la venta del 7 % que tuvo la compañía estadounidense, PSA se ha
orientado hacia su socio chino, con el que tiene en común cuatro plantas en el
gigante asiático, con una capacidad de producción de 800.000 vehículos anuales
que debe aumentar a 950.000 en el horizonte de 950.000.
China
aparece cada vez más como el gran salvavidas para el grupo francés, ya que sus
ventas allí en 2013 dieron un salto del 26,1 % hasta 557.000 unidades, con lo
que es el segundo mercado en importancia después de Francia.
Sobre
todo porque la tercera caída consecutiva anual de las matriculaciones de PSA en
todo el mundo, con 2.819.000 coches (muy lejos de su récord de 3,6 millones de
2010), se debió a un descenso del 7,3 % en Europa, bastante más pronunciado que
el repliegue del 1,6 % general en ese mercado.
Las
ventas en el Viejo Continente disminuyeron su peso relativo en cuatro puntos
porcentuales en un año hasta el 58 % en 2013 y, según los objetivos de la
propia empresa, en 2015 sólo serán la mitad.
JACKY NAEGELEN (REUTERS)/CINCO DÍAS
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