Es un hecho: por múltiples
razones, los jóvenes están cada vez más lejos de los niveles de interés por los
coches de generaciones anteriores. Y ello supone una importante amenaza para
los fabricantes de automóviles, que asisten impotentes a la crisis de demanda
con la preocupación de que el volumen de ventas no vuelva a recuperar nunca las
cotas previas a la crisis.
Por ello, las marcas están
llevando a cabo un proceso de reinvención mediante el cual buscan suplir las
carencias que suponen el notable descenso en las compras entre los llamados
Millennials (individuos de la Generación Y, nacidos en las décadas de los ochenta
y noventa), centrándose en atraer el interés de sus padres.
La bautizada como Generación
X, aquélla que comprende a los nacidos en plena era del denominado baby boom,
es el nuevo foco de atención de las firmas automovilísticas, pues éstas son
conscientes de que, dado el marcado envejecimiento de la población de los
países más desarrollados, no pueden descuidar el verdadero sustento -presente y
futuro- de sus resultados comerciales.
Así lo pone de relieve un
reciente estudio elaborado por el Instituto de Investigación de Transporte de
la Universidad de Michigan, según el cual los boomers han desplazado a los
potenciales consumidores de entre 35 y 44 años como los que más cerca están de
adquirir un coche nuevo. En las conclusiones de dicho estudio, se asevera que
si todos los recursos que la industria del automóvil emplea en atraer hacia sí
a los más jóvenes se destinara a los conductores de mayor edad, el retorno
económico sería aún mayor.
Una percepción del automóvil
muy diferente
"No deberías estar
persiguiendo a la gente más joven, sino buscar en las personas mayores"
reivindica Michael Sivak, autor del estudio, en declaraciones a Bloomberg.
"Los baby boomers están tratando de ampliar su juventud en la medida de lo
posible, tanto en el cuidado de su cuerpo como en sus gastos".
También hay un fuerte
componente psicológico en el surgimiento de esta tendencia de renovación
continua: muchos de estos conductores están convencidos de que su automóvil les
define. "El coche era un fenómeno del siglo XX", explica John
Wolkonowicz, ex planificador de producto de Ford e historiador automotriz.
"Para las personas que crecieron en el siglo XX, el coche era libertad,
estatus, una extensión de ti, una expresión visible de ti y tu personalidad.
Alguien que tiene hoy 20 años, no ve el coche de la misma manera".
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