El Cayman ha dejado de ser el Porsche 'pobre' para
convertirse en un digno heredero de su hermano mayor el 911. Continúa eso sí
siendo un biplaza, lo que le permite contar con dos espacios razonables de
carga, uno delante bajo el capó de 150 litros y otro en la parte posterior,,
dentro del habitáculo detrás de los respaldos delanteros entre la bandeja y la
luneta trasera.
Sus formas son más musculosas y más angulosas, lo que
aumenta su tronío. Crece la batalla en 6 centímetros y se pega al suelo 1
centímetro más con respecto a la generación anterior. Todo ello sólo creciendo
apenas 3 centímetros en longitud. También ha aumentado el ancho de vía delantero
cuatro centímetros para mejorar el trazado de las curvas.
Las dos versiones Cayman y Cayman S se diferencian
estéticamente en que en la parte delantera el S tiene unas tomas de aire y todo
el paragolpes en el color de la carrocería y en la parte trasera cuenta con una
doble salida de escape. Además, las dos versiones cuentan con unas llantas
específicas.
Ambas cuentan con un spoiler trasero que se acciona de
forma automática a partir de 120 km/h y que también se puede accionar de forma
manual. En esta generación, dicho alerón cuenta con una inclinación mayor que
la que tenía su predecesor y que la que tiene su hermano el Boxter.
El Cayman está construido en aluminio y distintas
aleaciones de aceros y boro que le confieren una mayor rigidez torsional (+
40%) y que reducen el peso en hasta 30 kilos con la anterior generación. El
Cayman pesa 1.310 kilos por los 1.320 de la versión S. Estos pesos, según
Porsche, son más de 100 kilos más ligeros que sus rivales entre los que se
encuentran el Audi TT, el Mercedes Benz SLK o el BMW Z4.
Habitáculo heredado
El habitáculo recuerda las nuevas generaciones de
Porsche. De hecho, la columna central donde se encastra la pantalla táctil, los
mandos de las funciones de audio, el navegador, el climatizador, la palanca de
cambios, y los posibles modos de conducción es prácticamente idéntica a la del
911.
El puesto de conducción es cómodo y el acceso tampoco es
complicado. El volante es distinto según las versiones. El Cayman cuenta con un
volante con las levas situadas detrás, bastante incómodas y que son solidarias
con el volante, la izquierda baja marchas y la derecha las sube.
En el Cayman S en cambio, las levas van incrustadas en el
propio volante. Hay dos, a izquierda y derecha, y también son solidarias con el
giro del volante. Sin embargo, cada una de ellas puede subir y bajar marchas.
Esta opción es más cómoda porque no se pega con los dedos en la palanca del
intermitente o del control de velocidad de crucero, por ejemplo cuando se usan
las levas.
Motor central
El Cayman se caracteriza por la situación central del
motor. Esto le confiere un reparto de pesos de un 46% en el eje delantero y de
un 54% en el trasero. Reparto casi equilibrado que mejora la manejabilidad del
coche y lo hace más ágil.
Porsche incorpora a este modelo el motor de seis
cilindros boxer cuya cilindrada es de 3,4 litros. La firma alemana ha conseguido
potenciar esta mecánica al mismo tiempo que consigue mejorar su eficiencia.
El Cayman gana 10 caballos hasta los 275 CV, y alcanza
los 264 km/h de velocidad punta. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y
homologa un consumo de 7,7 litros (1,4 litros menos que la generación
anterior), lo que le lleva a emitir 180 gramos de CO2.
El Cayman S gana 5 caballos para alcanzar los 325 CV.
Llega a 281 km/h de máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos. Esta
versión homologa un consumo de 8 l/100 km, lo que supone una reducción de 1,4
litros con el anterior Cayman S y emite 188 gramos de CO2 por kilómetro.
La mayor eficiencia de estos motores a pesar de su
ganancia de potencia viene derivada de la introducción del sistema de arranque
y parada automáticas en las detenciones, la recuperación eléctrica en las
frenadas, una mejora en la gestión térmica del motor para que alcance antes su
temperatura óptima, la dirección electromecánica y los soportes dinámicos de la
transmisión cuya fricción es menor.
Y un factor determinante en el menor consumo que también
hereda del 911, es la navegación a vela. Es un sistema a través del cual, al
circular por autovía a una velocidad más o menos constante, motor y transmisión
simulan una especie de punto muerto donde el propulsor gira a un régimen mínimo
de 600 revoluciones (el Cayman llega a 8.000 vueltas) con el consiguiente
ahorro de combustible. Este sistema es automático, funciona con el cambio
manual de siete velocidades o con el automático PDK también de siete relaciones.
Impresiones al volante
Durante la presentación hemos tenido la oportunidad de
hacer una ruta de 125 kilómetros con cada una de las dos versiones. Trayectos
que incluían algún tramo de autovía y otros más largos de curvas, con asfaltos
de todo tipo, bien y mal pavimentados con gravilla.
Las dos versiones probadas montaban el cambio automático
PDK (el 95% de las ventas se hacen con este cambio en España, la caja manual
tiene unas ventas residuales) y con el paquete Sport Chrono, que incorpora las
funciones Sport Plus por la que mejora la respuesta del acelerador, motor,
cambio y resta intrusividad al control de estabilidad.
Lo primero que hay que reseñar es que el Cayman es cómodo
para ser un deportivo. Transitar por asfaltos en tan mal estado con la primera
generación era un suplicio para los riñones; ahora no.
Segundo, a pesar de que hay 50 caballos de diferencia
entre ambos, para un tránsito normal, la diferencia entre el Cayman y el Cayman
S al circular por carreteras muy viradas sólo se aprecia en las recuperaciones
con apoyo en curva en subida prolongada.
Tercero: el Cayman es un deportivo tremendamente
dinámico, ágil y que se ha vuelto dócil. Permite una conducción alegre a gran
velocidad en un tramo de curvas revirado y prolongado gracias a un chasis
perfecto y a una dirección precisa que hacen que resulte difícil perder la
trayectoria.
Cuarto: los frenos nos han sorprendido gratamente. No
sólo porque detienen el vehículo con celeridad y estabilidad, sino porque no
acusan el cansancio en un uso reiterado y continuo. Porsche explica que esto se
debe a que ha optimizado el sistema de frenado dotándole de una mayor
refrigeración y ha aumentado de diámetro los discos delanteros junto con la
resistencia de las pinzas de freno.
Precio y principales rivales
El Cayman S parte de un precio de 57.461 euros, mientras
que el Cayman S parte de 74.388 euros. Estos son los precios para las versiones
manuales cuyas ventas no llegan al 5% en España.
Con el Cayman S sucede una cosa curiosa en nuestro
mercado. La versión manual emite 206% gramos de CO2 por kilómetro por lo que
está grabada al 14,75% en el impuesto de matriculación por lo que su precio
final alcanza los citados 74.388 euros. Sin embargo, el Cayman S con cambio PDK
emite 188 gramos de CO2 y tributa al 9,75% por lo que su precio final es sólo
185 euros más caro (74.583 euros), a pesar del pago del opcional de la caja de
cambios.
En España, Porsche vende más Boxters que Cayman y el
motivo no es otro que el dinero. El precio de salida del Boxter con cambio
automático PDK es 57.100 euros, lo que resulta más unos 2.500 euros más barato
que el Cayman a igualdad de equipamiento.
En cuanto a los rivales el BMW Z4 x35i automático parte
de 57.000 euros con una potencia de 305 caballos, el Audi TTRS parte de 72.000
euros con 340 caballos; mientras que el Mercedes Benz SLK 350 con 305 caballos
cuesta 59.000 euros. Si se opta por el SLK AMG de 421 caballos el precio sube a
85.000 euros.
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