El Cayman ha dejado de ser el Porsche 'pobre' para
convertirse en un digno heredero de su hermano mayor el 911. Continúa eso sí
siendo un biplaza, lo que le permite contar con dos espacios razonables de
carga, uno delante bajo el capó de 150 litros y otro en la parte posterior,,
dentro del habitáculo detrás de los respaldos delanteros entre la bandeja y la
luneta trasera.
Sus formas son más musculosas y más angulosas, lo que
aumenta su tronío. Crece la batalla en 6 centímetros y se pega al suelo 1
centímetro más con respecto a la generación anterior. Todo ello sólo creciendo
apenas 3 centímetros en longitud. También ha aumentado el ancho de vía delantero
cuatro centímetros para mejorar el trazado de las curvas.