miércoles, 27 de marzo de 2013

EL FUTURO DE LAS DOS Y CUATRO RUEDAS, CUESTIÓN DE FE


Todos queremos cambiar de coche

El parque móvil de España es uno de los más antiguos de Europa.
Esta es la pescadilla que se muerde la cola.


Vender un coche hoy es para los comerciales de los concesionarios españoles todo un arte.
Los que no tienen apreturas económicas, se asoman a los nuevos vehículos premium no sin ninguna dificultad. Locos por soltar su coche y estrenar lo último de lo último, las sensaciones sociales por la que esta atravesando el país, le hacen recapacitar y pensarlo una y otra vez.
Como un empresario de éxito al que le salen las cuentas, va a llegar a la fábrica con su último modelo, en elegancia, confort y tecnología y va a pasearse delante de sus empleados a los que no le paga la nómina desde hace varios meses con ese "cochazo" de película que enrojecería al más pintado.


Pero apuntamos más hacía abajo, nos encontramos, con aquellas personas que tienen un vehículos con más de diez años, y debido a las circunstancias no quieren tirar de los ahorrillos y deciden comprarse un coche o moto de kilómetro 0 o directamente vehículo de ocasión ¡a ver si se arregla esto!
Los de arriba siempre año tras año subiendo los objetivos de ventas, los stocks de los concesionarios llenando las campas y las marcas diseñando productos con tres o cuatro años de por medio.
Un verdadero mundo de locos al que tampoco le salen las cuentas.
¿Y como le van salir?
El que tiene no puede y el que puede no quiere.
Y por medio, recambios, talleres, muchos ilegales y al final inseguridad en las carreteras. ¿De que estamos hablando?
El sector de la dos y cuatro ruedas ¡no hay un Dios que lo entienda!
Tengamos fe en el futuro.
O mucho cambian las cosas, o 2013 según se desprenden de los números, puede ser peor que 2012 y las ventas para 2014 ni se saben.
Si yo lo tuviera tan claro,  los departamentos de marketing de las distintas empresas de automoción me echarían más cuenta, pero hasta ahora TODOMOTOR solo es el escaparate de todas ellas, aquí no se paran ni para ver el escaparate.
Y yo sigo siendo el mismo, lo que ha cambiado es la ubicación. A lo mejor es que tenemos que confiar más en las personas y menos en las etiquetas. No pueden ni imaginarse la de directivos que  he conocido en los últimos años, donde se presentaban antes con su cargo que con su nombre, y que lamentablemente, han tenido que invertir el orden por desaparecer su empleo.
La solución: ayudas institucionales, promociones en los concesionarios a tutiplén, que los bancos abran la mano y los ahorradores confíen en el futuro.
Si no, esto no hay quien lo arregle.
Pero como estamos en Semana Santa, confiemos en que lo que mejor está por llegar.

Pepe Bejarano.
Periodista TODOMOTOR

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