Todos queremos cambiar de coche
El parque móvil de España es uno de los más antiguos de
Europa.
Esta es la pescadilla que se muerde la cola.
Vender un coche hoy es para los comerciales de los
concesionarios españoles todo un arte.
Los que no tienen apreturas económicas, se asoman a los
nuevos vehículos premium no sin ninguna dificultad. Locos por soltar su coche y
estrenar lo último de lo último, las sensaciones sociales por la que esta
atravesando el país, le hacen recapacitar y pensarlo una y otra vez.
Como un empresario de éxito al que le salen las cuentas,
va a llegar a la fábrica con su último modelo, en elegancia, confort y tecnología
y va a pasearse delante de sus empleados a los que no le paga la nómina desde
hace varios meses con ese "cochazo" de película que enrojecería al más pintado.
Pero apuntamos más hacía abajo, nos encontramos, con aquellas
personas que tienen un vehículos con más de diez años, y debido a las
circunstancias no quieren tirar de los ahorrillos y deciden comprarse un coche o
moto de kilómetro 0 o directamente vehículo de ocasión ¡a ver si se arregla
esto!
Los de arriba siempre año tras año subiendo los objetivos
de ventas, los stocks de los concesionarios llenando las campas y las marcas
diseñando productos con tres o cuatro años de por medio.
Un verdadero mundo de locos al que tampoco le salen las
cuentas.
¿Y como le van salir?
El que tiene no puede y el que puede no quiere.
Y por medio, recambios, talleres, muchos ilegales y al
final inseguridad en las carreteras. ¿De que estamos hablando?
El sector de la dos y cuatro ruedas ¡no hay un Dios que lo
entienda!
Tengamos fe en el futuro.
O mucho cambian las cosas, o 2013 según se desprenden de
los números, puede ser peor que 2012 y las ventas para 2014 ni se saben.
Si yo lo tuviera tan claro, los departamentos de marketing de las
distintas empresas de automoción me echarían más cuenta, pero hasta ahora
TODOMOTOR solo es el escaparate de todas ellas, aquí no se paran ni para ver el
escaparate.
Y yo sigo siendo el mismo, lo que ha cambiado es la
ubicación. A lo mejor es que tenemos que confiar más en las personas y menos en
las etiquetas. No pueden ni imaginarse la de directivos que he conocido en los últimos años, donde se
presentaban antes con su cargo que con su nombre, y que lamentablemente, han
tenido que invertir el orden por desaparecer su empleo.
La solución: ayudas institucionales, promociones en los
concesionarios a tutiplén, que los bancos abran la mano y los ahorradores confíen
en el futuro.
Si no, esto no hay quien lo arregle.
Pero como estamos en Semana Santa, confiemos en que lo que mejor está por llegar.
Pepe Bejarano.
Periodista TODOMOTOR
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