Renovado en su imagen y con nuevas posibilidades de
equipamiento, la principal novedad del Renault Mégane son sus eficientes
mecánicas.
Está disponible en carrocerías berlina, cupé y familiar | La gama
mecánica se pone al día y potencia aspectos referidos a la ecología, sin
renunciar a ofr Fabricado en Palencia, el Mégane es una pieza
clave en la estrategia comercial de Renault y en el mercado español es
actualmente líder de su segmento en número de matriculaciones. Ahora, este
modelo de la firma francesa evoluciona adoptando ligeros retoques que
actualizan su imagen, pero sin generar una revolución, ya que según afirman
desde Renault el diseño es habitualmente el primer criterio de elección de los
compradores de este vehículo.
En el apartado estético, el Mégane presenta un nuevo
paragolpes delantero y luces diurnas led. Son sus novedades más significativas,
aunque se han incorporado también nuevos diseños de llantas. Se ofrecen nuevos
equipamientos, como una cámara trasera de estacionamiento, luces inteligentes
con cambio automático de largas a cortas, avisador de cambio involuntario de
carril o un asistente de arranque en pendiente. También existe en una línea de
gama denominada GT Line, en la cual las luces led se integran en los parachoques
y tienen forma de bumerán. Renault ha seguido en el interior la misma
estrategia, aportando ligeros retoques, como por ejemplo nuevas tapicerías, y
mejorando materiales y el confort a bordo.
La variante de carrocería familiar incrementa su longitud
hasta los 4,54 metros, se denomina Sport Tourer y ofrece un habitáculo más
espacioso, idóneo para usuarios con necesidad de gran maletero (486 litros).
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La gama mecánica también se pone al día, potenciando
aspectos que hacen referencia a la ecología, sin renunciar por ello a ofrecer
diversión al volante. En la oferta diésel debuta un propulsor 1.5 dCi de 110
CV, capaz de ofrecer un sorprendente rendimiento combinado con brillante
consumo de 3,5 l/100 km y emisiones de CO2 (90 g/km). Otra de sus ventajas es
la reducción en un 25% de gastos de uso y mantenimiento. La segunda opción,
pensando en conductores más exigentes, está confiada a un motor 1.6 dCi de 130
CV. Su rendimiento es notable y se mantiene en unas cifras excelentes de
consumo (4 l/100 km) y emisiones de CO2 (104 g/km). Por encima, Renault ofrece
una versión de corte muy dinámico y equipada con una suspensión más firme, el
modelo GT dCi de 160 CV, que alcanza los 215 km/h de velocidad máxima y acelera
de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos. Finalmente, existe una versión diésel de
acceso a la gama, de 90 CV.
En gasolina destaca la nueva familia denominada Energy,
con un motor 1.2 Tce de 115 CV que emite 119 g/km de CO2 y consume 5,3 l/100
km. Esta mecánica emplea un sistema de inyección directa de gasolina y dispone
de dispositivo de parada y arranque para mejorar sus registros de eficiencia.
La oferta de gasolina ofrece tres opciones adicionales, un 1.4 Tce de 130 CV,
un dos litros de 140 CV y el GT Tce de 180 CV. En combinación con la carrocería
coupé, se dispone del radical RS de 265 CV.ecer diversión al volante.
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