La carrera por la eficiencia no es fácil, ya que tiene
por delante millonarias inversiones en I+D y un recorrido en el que se van
ganando etapas con una celeridad impensable hace sólo una década.
El trabajo tiene como horizonte las cero emisiones, pero
en el intermedio los ingenieros están reduciendo el impacto con avances en
motores tradicionales y en la rápida implantación de los híbridos.
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