El ser propietario de un
automóvil está perdiendo importancia como símbolo de posición social, según
indica la última edición del estudio Allianz Risk Pulse, que pone de manifiesto
que existen nuevas tendencias en lo relativo a la movilidad de las personas.
Este documento señala que
los consumidores de hoy en día se comportan de forma diferente a los de hace
unos años y afirmó que el ser dueño de un coche "está perdiendo parte de
su atractivo", por motivos como estar fuera de alcance económico, el
aumento de los atascos y por la falta de interés por los vehículos.