“Fue un proceso largo y
complejo”, recuerda Giorgetto Giugiario, creador del primer SEAT Ibiza en 1984
y que acabó siendo el modelo más carismático y vendido de la compañía. Con los
bocetos y compás en mano, el diseñador italiano rememora aquellos años cuyo
objetivo era ser líder en el segmento desarrollando “un producto diferencial,
nunca antes creado por la marca”. ¿El motivo del éxito? “Las proporciones del
coche, la simplicidad de su arquitectura y su aspecto elegante y deportivo a la
vez”, opina Giugiaro.