Desde hace ya años, ha habido
cambios drásticos en la demanda de conceptos de movilidad individual, en
especial en las aglomeraciones urbanas. El volumen de tráfico en constante
crecimiento, los costes energéticos al alza y las restricciones de CO2 cada vez
más rigurosas para el tráfico en las ciudades son los retos que los vehículos
eléctricos deben afrontar.