En 1980, tras una larga negociación con Chrysler, PEUGEOT revivió una histórica y prestigiosa marca del automovilismo mundial, muy conocida en las pasadas décadas por sus magníficos coches de alta gama y por numerosos triunfos en los circuitos de todo el mundo.
La marca, que había desaparecido durante unos veinte años, se convirtió en parte de Groupe PSA, que había nacido hacía unos años, antes de la muerte de su fundador, Anthony Lago.