Según
un informe realizado por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), que refleja
que esta cifra se sitúa en 10.000 millones de euros en el conjunto de Europa.
El
club automovilístico explica que esta situación, además de un impacto
económico, también tiene un efecto negativo para el conductor, así como para la
industria del automóvil, para la seguridad vial y para el medio ambiente.
El
documento resalta que este fraude ocasiona que el consumidor final pague de más
por el coche de ocasión, así como que se enfrente a un peligro para la
seguridad vial, ya que el vehículo tiene más uso del reflejado.