Con los cinco
sentidos
La Rotonda/Pepe Bejarano
TODOMOTOR
Quiero
pensar que cuando nos convertimos en conductores, todos los esfuerzos que
dedicamos a hacer bien nuestro trabajo no son en vano. Pero, también es
comprensible que aquellos que no son conductores presten la misma atención
cuando transiten por la vía pública.
Claro,
cuando ni conductores ni peatones son responsables de sus acciones, al final
ocurre lo que ocurre, y se disparan los accidentes.
No estamos acostumbrados a ver en los pasos semafóricos que
son muchos los viandantes que provistos de prisas o económicos de paciencia,
cruzan la calzada sin autorización de la señal en verde. Otros lo hacen a medio
camino mientras manipulan su dispositivo móvil, ajeno totalmente a los
vehículos que circulan por la calzada. Y hay quien cruza por lugares no destinado
a tal fin tanto en vías urbanas como interurbanas.
Estos son
algunos ejemplos pero hay muchos más que ponen de manifiesto el desinterés que
algunos individuos que tienen por su vida.
Por eso
especialmente ante estas actitudes por parte de un gran parte de viandantes que
ponen en riesgo su integridad física por la negligencia supina que manifiestan,
los conductores tienen que seguir poniendo LOS CINCO SENTIDOS en lugares
susceptibles de tránsito de peatones donde el riesgo de atropello aumenta por
estas circunstancias.
Es evidente que se presupone que el conductor siempre debe
estar atento a cualquier eventualidad que se le presente en la calzada y
respetar todas las señales que presenta la vía para poder evitar cualquier
posible accidente que se le presente sin avisar. A veces hay que echar mano del
SEXTO SENTIDO que nos ayuda en momentos difíciles.
La conclusión, de todo esto es que deberíamos poner en valor de nuevo la EDUCACIÓN como arma
defensiva para conducirnos eficientemente por la vida y por, aceras, paso de
peatones y calzadas.
A partir de ahí LA SEGURIDAD VIAL tendrá mucho más sentido
en nuestra vida.