El Toyota Supra fue uno de los mejores coches deportivos que llegó
desde Japón, pero con el cese de su comercialización no volvimos a tener un
sucesor digno. El GT86 es un producto muy bueno, más redondo que radical, pero
a pesar de los cambios que ha recibido su dinámica de conducción tras el restyling
no logra transmitir las sensaciones que proporcionaba aquél.