COMO UNA OLA
En fin, son esos días, en los
que uno se deja llevar por esas cosas que te quita el médico durante el año, y
durante unos días, uno peca, pero sin pasarse.
Tengo la impresión de que, durante unas
vacaciones, la tensión arterial se vuelve como un calcetín, el colesterol se
guarda en el cajón, y la vida se vuelve más bella.
Es verdad, que solo mirar la
cara de las demás familias, como se divierten, como juegan a la orilla de la
playa, como comen en el chiringuito, y como van y vienen de una punta de la
playa a otra, solo eso, dibuja un paisaje donde la luz es el denominador de
común de un día de verano.
Del Faro al Santuario, o de la
Cruz del Mar al Puerto, las olas te llevan, y te traen, y en medio la arena que
el sol calienta aquí en la playa, rincones para componer cualquier expresión
artísticas, poesía, pintura, documental, y la novela de tu vida, donde un
verano tras otro, la localización es la deseada, y las historias son todas
distintas.
Como una ola que viene a morir
a la orilla, el propio mar la recoge se la lleva, y vuelve a traerla más alta
si cabe, mientras uno observa como esa ola la rompen, niños, jóvenes, y mayores
para entrar en las entrañas del mar, que te acoge como uno más. Allí se suceden
mil y unas historias, y allí junto a la orilla, uno asiste curioso al mayor
pase de modelos del verano, no hay edades, todos desfilan delante de tu sombrilla, cada uno con una particularidad
singular, ¡ahí está la gracia, o el entretenimiento!, mis ojos van del libro a la orilla, y no sé dónde hay más
entretenimiento.
Como comprenderán, todo no es
positivo junto al mar, pero, aun así, el mar es como un golpe de aire fresco, si no, no tendría
tantos adeptos, para ellos, y para ti.
Qué decidas lo que decidas
este verano, les prometo que seguiré contándoles estos episodios a píe de
sombrilla de los que he sido testigo este año,
Con todo mi afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotornews@gmail.com
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