sábado, 14 de mayo de 2022

LA ROTONDA

 

TIRAR DE LA MANTA

 


Cuando queremos amenazar a alguien con contar algún íntimo secreto que puede suponer un perjuicio grave hacía esta persona, amenazamos con “tirar de la manta”.

Hoy en día, por una razón o por otra, desde distintos sectores de la sociedad parece que todo el mundo está dispuesto a “tirar de la manta”, eso sí, por dinero o por razones, sociales o políticas. Solo hay que darse una vuelta por los distintos medios de comunicación, y raro es el día que alguien no tira de la susodicha manta.

 

El origen más comentado en las diversas fuentes consultadas nos lleva hasta Navarra en los Siglos XVI-XVII, en una época en la que los judíos habían sido expulsados de esos territorios a no ser que se convirtiesen al cristianismo, razón por la cual podrían permanecer en la zona casi sin ningún perjuicio; y digo casi, debido a que ahora adquiere gran protagonismo la “limpieza de sangre” de las familias.

 

La “limpieza o pureza de sangre” no era otra cosa que pertenecer a un linaje “puro” cristiano.

 

Estas personas “limpias” serán automáticamente capacitadas para desempeñar cualquier tipo de cargo público, además de otras prebendas.

 

Pues en 1610 se cuelga en la Capilla del Cristo del Perdón de la Catedral de Tudela (Navarra, España) una enorme tela (llamada manta) con el nombre de las familias que no eran “puras”, y, por lo tanto, gozaban de peor consideración que las otras, a modo de “recordatorio” y en cierto modo de escarnio público.

 

Por eso se dice “tirar de la manta” cuando se quiere sacar a la luz un secreto inconfesable y/o vergonzoso, pues lo que se hacía no era tirar la manta a ningún lado, sino “tirar” de la lista que aparecía en la manta para comprobar los antecedentes familiares de determinados linajes.

Para quien tenga algo vergonzante que esconder esto constituye un motivo de pánico, pues en la era digital ya casi nada es secreto. Desde complicados softwares que rastrean las llamadas telefónicas hasta el clásico micrófono escondido en un centro de mesa, la realidad casi ha superado a la ficción.

Hay quienes, acorralados por la justicia o la prensa, llegan al extremo de amenazar públicamente con “tirar de la manta” en la esperanza de debilitar o sortear el cerco. En otros casos se ha revelado la existencia de grupúsculos dedicados a obtener información con la que extorsionar a algún desdichado. Pero hasta un límite, porque cuando al extorsionado no le queda nada que perder, es cuando más probable resulta que “tire de la manta”.

En la actualidad, Agencias de Inteligencias a los Servicios de los países interesados, Servicios Secretos Internacionales, la expresión, sin duda, ha tomado la misma importancia en las mismas manos que fueron utilizadas a lo largo de la historia.

 

 

Con afecto, y respeto,

Pepe Bejarano

todomotornews@gmail.com

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