LA ROTONDA

 

FALSEAR LA REALIDAD

 

Es verdad que es posible, incluso está demostrado que un objeto observado por varias personas, pueden interpretarlo de distintas maneras. Cuando intentan explicar o definir lo que están viendo, las palabras o frases con las que están describiéndolo son distintas, y aunque algunos concuerdan con lo que están viendo otros desfiguran la realidad, o bien porque no atinan con sus palabras, desvirtúan el objeto de cara a la interpretación futura de aquellas personas que quieren entender de qué objeto se trata, sin estar viéndolo.

Desde otro punto de vista, podemos darle otra explicación a aquellas personas que están observando el objeto, saben describirlo, pero desvirtúan la realidad con sus palabras con el propósito de que el mensaje llegue al destinatario tergiversado, a eso se le llama FALSEAR LA REALIDAD.

He intentado con esta introducción ser lo más preciso posible para hacerme eco de cómo la historia de un suceso puede ser desvirtuada, disfrazada o desfigurada dependiendo de quien la cuente.

Por eso, son tan importantes los medios de comunicación sociales. Cuando llega una noticia a nuestras manos, lo primero que hay que hacer es comprobar si todos los datos que vamos a comunicar son ciertos, y la única manera de hacerlo es ir a las fuentes, y contrastar los datos. Si la noticia se está produciendo delante de nosotros, lo correcto es contar lo que estamos viendo con todo lujo de detalles, sin omitir absolutamente nada, aunque lo que estemos presenciando vaya en contra de nuestra ideología, o de la empresa para la que estamos trabajando. Es evidente que hoy día en muchos casos, parece que esta afirmación es una utopía. Muchos medios son fieles a sus principios ideológicos, y a los principios económicos que los mantienen. Las redes sociales, por otro lado, forman un “totum revolutum”, revoltijo de pasiones que confunden literalmente a todos los lectores que consumen redes sociales con profusión.

Pero, saliéndonos un momento de las redes sociales, también nos encontramos en cualquier tertulia de opinión doméstica este tipo de casos, por ejemplo: Cuando unos amigos se reúnen y hablan de fútbol, política o de algún tema de actualidad, ¿qué es lo que ocurre? Sencillo: Dependiendo del equipo que sea fan el interlocutor, así serán sus razones de objetivas para exponer o discutir los temas, incluso para defenderlos a ultranza. También, se da el mismo caso, cuando el individuo discute sobre algún tema político, y defiende con uñas y dientes las políticas de su partido del alma, aunque sepa que no lleva razón. Eso sí, cuando los temas les toca el bolsillo, estos señores y señoras se enfundan el traje de objetividad, y ya no existe ni equipo, ni partido político que valga.

Gran trabajo, tienen nuestros historiadores de hoy, para contar lo que está ocurriendo en el mundo, si nos atenemos a las redes sociales e incluso a los medios de comunicación. Solo tienen que hacer un pequeño ejercicio de memoria, si han tenido la posibilidad de vivir la transición. ¿A que han tenido la oportunidad de llevarse más de una vez las manos a la cabeza, cuando han oído todo lo contrario de lo que usted ha vivido en primera persona? Y es verdad, cada uno cuenta la historia como le va, o como le interesa.

Con afecto y respeto,

Pepe Bejarano

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