AUSENCIA DE RESPETO
El respeto es la base fundamental para la convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona, además de otros tan importantes como el derecho a disfrutar de la libertad, disponer de las pertenencias o proteger la intimidad, por solo citar algunos entre los muchos derechos sin las cuales es imposible vivir con orgullo y dignidad. El respeto abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos a nosotros mismos, y a todos nuestros semejantes, hasta el que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin olvidar el respeto a las leyes, a las normas sociales.
Los habituales a esta sección saben que durante algunos años hemos hablado del RESPETO, como signo visible en la mayoría de los casos cuando se produce un accidente de tráfico. Hacemos caso omiso a las normas de tráfico como síntoma evidente de falta de respeto. No respetamos la velocidad de una vía, no nos ponemos el cinturón de seguridad, nos saltamos un semáforo en rojo, etc.
En definitiva, cuando nos saltamos todas las normas que nos hemos impuesto para nuestra convivencia social, estamos cometiendo una falta de respeto que puede ser individual o colectivo.
Creo que el respeto lleva aparejado mucho de sentido común: “fumar en un servicio de transporte público, o allí donde lo indique”, “llevar perros peligrosos sin bozal ni atados”, “molestar con juegos, gritos, o tertulias a horas intempestivas”, “no respetar la condición sexual, religiosa”, “saltarte la cola en el súper”, “hacer daño a los bienes comunes”, pero además…, podría completar el artículo solo con situaciones comprometidas, y sin respeto.
Allí, donde se juntan más de dos personas pueden existir motivos más que suficientes para detectar a un/a irrespetuoso/a:
Desde nuestro propio hogar, a la comunidad de vecinos, la calle, transitando con nuestros vehículos, o en el servicio público, en el puesto de trabajo, en los establecimientos, donde compramos, nos divertimos o disfrutamos de nuestros ratos de ocio. Cualquier lugar es bueno para sembrar la semilla y dejarla crecer. Si no, hagan un ejercicio mental de los lugares que frecuentan, y seguro que allí había un individuo, o varios que llamó su atención por la “cara dura o desvergüenza”, que demostró en un momento determinado.
El RESPETO es un valor fundamental para hacer posibles las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las personas, ya que es condición indispensable para el surgimiento de la confianza en las comunidades sociales.
Les he hablado de distintos escenarios, ahora les voy a recordar la importancia que tiene también en nuestra sociedad: “los profesores a veces son un ejemplo de lo que estamos hablando por parte de alumnos y padres”, “los médicos, y sanitarios se ven sobrepasados a diario en sus centros de trabajo por individuos que se muestran violentos”, policías, jueces, abogados, cajeras de supermercados, curas, políticos, periodistas son la diana perfecta de comportamientos que dejan mucho que desear, y que nos avergüenza al resto de la sociedad.
No quiero extenderme, pero déjenme que exprese, que no puedo terminar sin hacerme eco de la falta de respeto que existe hoy día hacía las instituciones, un himno, bandera, organismo privado o público, o incluso a personas que han sido elegidas democráticamente. En este juego hay mucho interesado en ser irrespetuoso con los símbolos para ir deteriorándolos socialmente, cuando existen en una sociedad democrática los instrumentos necesarios para acabar con todo aquello que no nos gusta. El diálogo, los debates, y el voto son las armas con las que cuenta el ciudadano para cambiar su destino.
Cualquier entendimiento entre los seres humanos pasa por el RESPETO, que debe ser la llave de la cohesión entre los seres humanos.
“Los niños deben ser educados no para el presente,
sino para una condición futura, posiblemente mejorada,
de manera que se adapte a la idea de humanidad y al destino de hombre.”
Emmanuel Kant
Con mi afecto y respeto,
Pepe BEJARANO
todomotorsevilla@gamil.com
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