“FAMILIERO”
Para hablar de nuevas
incorporaciones al diccionario de la RAE, podríamos introducirnos en la
informática, el ocio, la lectura…, pero como este artículo se publica en una
revista de motor es ahí donde nos vamos a detener, relacionando algunos
términos que ya utilizamos con la mayor familiaridad en la mayoría de los
casos.
Capó: Cubierta del motor
del automóvil.
Autoescuela: Centro para enseñar a conducir automóviles.
Parking: Plaza
o espacio para aparcar.
Circunvalación: Vía de tránsito
rodada que circunda un núcleo urbano.
Stop: Señal de tráfico,
adoptada internacionalmente, que indica a los conductores la obligación de
detenerse.
Automóvil (coche): Vehículo
destinado al transporte de personas y con capacidad no superior a siete plazas.
Amaxofobia: Temor angustioso o
incontrolable (fobia) a conducir un vehículo o a viajar en él.
Estos términos —excepto
amaxofobia (psiquiatría) que es de origen griego— proceden del francés o del
inglés y en algunos casos son palabras compuestas. Por mi parte, nada que
objetar. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Lo que ocurre es que en
algunos casos la RAE saca a relucir ciertos atisbos abracadabrantes —Muy sorprendentes y desconcertantes, según la
propia RAE—, y a mí me pide el cuerpo conflictuar
—Provocar un conflicto en algo o alguien, dice la RAE—, porque hay ciertas
palabras recogidas en el diccionario que me resultan, al menos, variopintas.
Veamos algunas de ellas:
Palabro: Palabra rara o mal
dicha.
Papichulo: Hombre que, por su
atractivo físico, es objeto de deseo.
Culamen: Culo, nalgas.
Toballa: Toalla (pieza de
felpa).
Cederrón: CD-ROM (Disco
compacto que utiliza rayos láser para almacenar información).
Papahuevos: Papanatas (Persona
simple y crédula o demasiado cándida y fácil de engañar).
Amigovio:
Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un
noviazgo.
En fin, después de aclarar que
no se trata de ninguna broma, que pueden consultar el diccionario de la RAE
para su conformidad y que yo no me escandalizo de nada porque me considero una
persona abierta a las innovaciones, quiero, desde esta modesta columna, hacer
una pregunta a los señores académicos: ¿Tan rara o mal dicha es la entrañable
palabra “familiero” como para tildarla de palabro
y no ocupar un renglón en el diccionario de la RAE? Si es que nadie lo había
sugerido, ahí queda mi sugerencia.
Con mis mejores deseos,
saludos cordiales
Fernando Monge
fmongef@gmail.com
11/octubre/2020
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