UN
SIGLO ROMPIENDO CON LO ESTABLECIDO: MAZDA 1920-2020
• En 2019, el Mazda CX-30 se unió al exitoso Mazda CX-5 y al
CX-3. En total, los SUV acapararon casi el 69% de las ventas de la marca en
España
A día de hoy, Mazda debe su fama a su capacidad para crear coches —entre ellos
SUV— con una conducción extraordinaria y un atractivo diseño, con grandes dosis
de calidad, estilo, tecnología y prestaciones dinámicas. En los últimos años,
Mazda ha reaccionado a la fuerte demanda de vehículos de estilo SUV con todo un
despliegue de nuevos modelos. En todos ellos, ha cuidado especialmente ese
placer de conducción tan característico de la marca. Si "SUV"
significa "Sport Utility Vehicle", Mazda le da una prioridad especial
al carácter deportivo que simboliza la "S".
Sin embargo, este fenómeno del
consumo que es el SUV moderno solo ha calado masivamente en los últimos 15
años. Es buen momento para echar la vista al pasado de Mazda y repasar sus
primeros flirteos con los todoterrenos y los 4x4 hasta llegar al auge del SUV
contemporáneo, un segmento que, a día de hoy, es absolutamente esencial dentro
del mercado mundial de automóviles.
Como ocurrió con la mayoría de
fabricantes, los primeros vehículos 4x4 de Mazda tenían una finalidad más
funcional que otra cosa y buscaban sobre todo la fiabilidad. Ese fue, desde luego, el caso de una curiosa
anomalía en la historia de Mazda: el Mazda Pathfinder XV-1. Se trataba de un todoterreno
en la línea de los primeros Toyota Land Cruiser y Land Rover. Se diseñó en
Hiroshima, pero solo se fabricó y se vendió en la antigua Birmania entre 1970 y
1973. Muchas de las unidades se destinaron al ejército y la policía. Tenía un
motor de 90 CV y se encontraba disponible con techo de lona o en versión
cerrada de nueve plazas. En el resto del mundo es un modelo poco menos que
desconocido, pero todavía pueden verse unos cuantos por las carreteras de la
actual Myanmar.
A partir de los años sesenta y
durante las dos siguientes décadas, la producción de camionetas pick-up de
Mazda fue creciendo. Precisamente, el siguiente vehículo que podemos encuadrar
en la saga de los SUV se desarrolló a partir del pick-up B-Series de cuarta
generación. El Mazda Proceed Marvie, lanzado en 1991, era un todoterreno con
formas cuadradas, basado en el concepto del B-Series. Tenía tres filas de
asientos y sólo se fabricó con el volante a la derecha. Se comercializó en
Japón y en otros mercados asiáticos. Y también en Australia, en donde se
denominó Ford Raider.
Conociendo la querencia de los
americanos por los todoterrenos, no es ninguna sorpresa que Mazda también
sacara un vehículo 4x4 para el mercado norteamericano en 1991. Se trataba del
Mazda Navajo, que venía a ser una versión del Ford Explorer Sport y se
fabricaba en Kentucky. Se vendió únicamente en Estados Unidos. Era un SUV de
dos puertas con tracción a las cuatro ruedas y se diferenciaba de su primo de
Ford en la parrilla, las ruedas y los grupos ópticos. Montaba un motor de
gasolina V6 de 4,0 litros, que podía combinarse con una transmisión automática
de cuatro velocidades o con un cambio manual de cinco. Sirvió sobre todo para
introducir el concepto de SUV en los concesionarios de Mazda en Norteamérica.
La producción se discontinuó en 1994.
Todavía hubo otro acuerdo de
este tipo, con un Suzuki Escudo que se rebautizó como Mazda Proceed Levante y
se comercializó en Japón a finales de los noventa. Pero con el cambio de siglo,
Mazda decidió que ya era hora de lanzar su primer SUV auténticamente suyo: el
Mazda Tribute. Se desarrolló conjuntamente con Ford, que por aquel entonces
tenía una participación en la compañía. Se basaba en la plataforma del Mazda
626 y también sirvió de base para el Ford Escape o Maverick, como se le llamó
en Europa.
Los dos modelos se presentaron
al público en el año 2000. El Tribute, coincidiendo con el Salón del Automóvil
de Los Ángeles. Las unidades del Mazda Tribute destinada al mercado
estadounidense se fabricaban en Missouri junto con el Ford Escape, pero también
se fabricó en Hiroshima. El Tribute tenía una suspensión más deportiva y firme
que el Ford. Fue el primer SUV de Mazda que se comercializó en Europa, en donde
desembarcó en 2001 en dos versiones de motor, un gasolina de 2,0 litros y 125
CV y un V6 de 3,0 litros con 199 CV. El
modelo de 2,0 litros gozó de una mayor popularidad y se presentó en versiones
de tracción delantera y tracción a las cuatro ruedas. En 2002, Mazda UK vendió
881 unidades del Tribute, lo que supuso el 3% de sus ventas en el mercado
británico. A pesar de ello, dejó de comercializarse en Gran Bretaña a finales
de 2004.
En cambio, en Estados Unidos y
en otros mercados internacionales, todavía se lanzó un Tribute de segunda
generación en 2007. Sin embargo, para entonces Mazda ya se estaba subiendo al
tren de la explosión de ventas de los SUV en Norteamérica con el lanzamiento
del CX-9 de primera generación, también en 2007. El CX-9 era un SUV de aspecto
deportivo, con una línea del techo fluida, pasos de rueda robustos y una
llamativa parrilla. Es cierto que compartía algunos elementos mecánicos con
modelos de Ford, pero a diferencia de las incursiones anteriores en el mundo de
los SUV mediante asociaciones con otros fabricantes, se puede decir que este
fue el primer SUV auténticamente Mazda. Y también un coche enfocado al
comportamiento dinámico que expresaba la visión de estilo de la marca.
Medía más de cinco metros de
largo y tenía siete plazas. Se trataba de un SUV de grandes dimensiones,
pensado para el mercado americano y con motores de gasolina V6. En ningún
momento se planteó sacarlo a la venta en Europa. A cambio, en 2007 llegó al
mercado europeo otro SUV de Mazda igualmente extraordinario: el Mazda CX-7.
Estaba basado en el MX-Crossport, un concept car que se presentó en el Salón
del Automóvil de Los Ángeles de 2006 y no se parecía a ningún todoterreno que
hubiera llevado antes el emblema de Mazda. El diseñador era Moray Cullum, el
mismo que el del CX-9 y era un SUV que, solo por su aspecto, ya atraía a los
clientes.
Disponible con tracción
delantera o tracción integral, montaba un motor de gasolina turboalimentado
Mazda MZR de 2,3 litros que desarrollaba 260 CV. Recibió grandes elogios por su
conducción, que tenía la precisión de una berlina, y por la suavidad de su caja
de cambios. La falta de un motor diésel en un momento en que esta motorización
ganaba popularidad en Europa lastró inicialmente las ventas. En 2009 ya se
ofrecía un diésel de 2,2 litros y 172 CV. Sin embargo, el lanzamiento del
siguiente SUV de la marca dio un vuelco a esta situación, ya que llegó en el
momento perfecto para explotar el boom de los todocaminos deportivos.
El Mazda CX-5 fue un modelo
revolucionario para Mazda. Fue el primero en incorporar la tecnología Skyactiv
y también el primero en el que se utilizó el diseño Kodo. El CX-5 de 2012 fue
el pionero de toda una nueva generación de modelos e incorporaba los últimos
avances de Mazda en cuanto a tecnologías de motores, chasis y transmisiones.
Además, la marca dio con él un gran salto adelante en calidad del habitáculo y
consiguió un modelo mucho más deseable en términos generales. La prensa se
deshizo en alabanzas y a los clientes les encantó. En cuanto a los motores, se
presentó con un diésel Skyactiv-D de 2,2 litros y un SKYACTIV-G de gasolina de
2,0, ambos en versiones de tracción delantera o tracción integral. Era un
modelo de vocación global que, en 2012, fue nombrado Coche del Año en Japón y
se convirtió en un éxito sin precedentes en todos los grandes mercados de
Mazda. Como muestra de su popularidad, baste decir que, en 2013, el CX-5
acaparó el 19% de las ventas de Mazda en el mercado británico. En 2014 se
introdujeron mejoras sustanciales que sirvieron para mantener el modelo en la
cresta de la ola, hasta que se presentó la segunda generación en el Salón del
Automóvil de Los Ángeles de 2016.
El Mazda CX-5 no ha dejado de
evolucionar, siempre en busca de un refinamiento, una calidad interior, un
refinamiento y una tecnología cada vez mejores. Sigue siendo un SUV familiar
enormemente popular y la versión 2020, recientemente lanzada, es el eje de la
actual gama de modelos de Mazda.
Cuando la demanda de SUV se
amplió a un mayor espectro de vehículos, en 2015 se unió al CX-5 el Mazda CX-3,
más pequeño. Este modelo comparte plataforma con el Mazda2 y, por su estilo
deportivo, su extraordinario ambiente y su fantástica conducción, se ha situado
un peldaño por encima de los SUV pequeños de muchos competidores. Se presentó
en versiones con tracción delantera y tracción integral, y con motores diésel y
de gasolina. El CX-3 2020 llega ahora a España con nuevos equipamientos y
sistemas, como el de desactivación de cilindros en el motor 2.0 Skyactiv-G, que
le permite reducir el consumo y las emisiones.
La segunda generación del CX-9
se lanzó en 2016, con nuevos niveles de refinamiento, equipamiento y calidad.
Es el SUV insignia de Mazda en Oriente Medio, Australasia, Rusia y
Norteamérica. Solo en el mercado estadounidense se vendieron 26.000 unidades en
2019.
Entre otros productos SUV más
locales de Mazda destaca el Mazda CX-8, una versión más larga del CX-5, con
siete plazas, que es el SUV más grande que la marca comercializa en Japón (en
donde no se vende el CX-9). Se introdujo en 2017 y los concesionarios japoneses
recibieron 12.000 pedidos en las primeras semanas desde que salió a la venta.
Está claro que el carácter práctico orientado a las familias, la calidad y el
diseño Kodo del CX-8, supo capitalizar la popularidad del CX-5 en su mercado
doméstico y se convirtió en un gran éxito de ventas. También se vendió en
Australia, Nueva Zelanda, el Sudeste asiático y China. Monta motores de gasolina
de 2,5 litros atmosféricos o turboalimentados y, en algunos mercados, también
se presenta con el motor Skyactiv-D de 2,2 litros de los CX-5 europeos. Por su
parte, el CX-4 es un modelo que se produce y distribuye exclusivamente en
China. Es un SUV de inspiración cupé con una línea fluida. Se lanzó en 2017 y
es otro ejemplo de la capacidad de Mazda para producir vehículos enfocados a
demandas localizadas, aparte de sus modelos internacionales.
El último de esos modelos
básicos es el Mazda CX-30. Llegó en 2019 y está orientado a un nuevo segmento
SUV para Mazda. Sigue la estela del Mazda3 y es el segundo modelo de la gama de
nueva generación de la marca. También ha sido el segundo en montar el
revolucionario motor Skyactiv-X, con su encendido por compresión controlado por
chispa. El CX-30 tiene la planta sólida y robusta de un SUV y la elegancia de
líneas de un cupé. Su habitáculo, su tecnología y su calidad marcan nuevas
cotas para un SUV de Mazda. Para hacernos una idea de la importancia de los SUV
en el mercado actual, las ventas combinadas del CX-3, CX-5 y el CX-30 sumaron
nada menos que un 68,5% del total de ventas de Mazda en España en 2019.
Ahora que Mazda inicia su
segundo siglo de andadura, no cabe duda de que su gama de SUV, elegantes, con
una conducción excepcional, altas calidades y cada día más eficientes,
continuarán teniendo mucho protagonismo en el futuro de la marca. Y más aún a
partir de principios del año próximo, cuando llegue a los concesionarios el
nuevo Mazda MX-30, un vehículo eléctrico de inspiración SUV.
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