sábado, 9 de mayo de 2020

LA ROTONDA


SON SIEMPRE LOS MISMOS




No tengo ninguna duda, la buena salud es lo más importante para el ser humano. A partir de ahí lo que quieran. La mayoría de las personas son de orden, socialmente todos intentamos, nos guste o no, adaptarnos a las normas que entidades o instituciones superiores ponen en marcha para que socialmente podamos convivir sin menoscabar la libertad de los demás.

Pero hay un tipo social que no atiende a razones, son incapaces de acatar ninguna norma establecida, son personas que les cuesta la misma vida vivir en sociedad.


La conducta socialmente inadaptada o psicopática es un trastorno del comportamiento que muchas veces se diagnostica en la infancia, y que se caracteriza por comportamientos antisociales que violan los derechos de los demás, las normas y reglas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos antisociales pueden incluir la irresponsabilidad, el comportamiento transgresor (como ausentarse de la escuela o escaparse) y la agresión física hacia los demás.

La inadaptación social es una pauta de conducta que implica infracción de los derechos fundamentales de otros o incumplimiento premeditado de normas sociales o leyes. Suele comenzar antes de los 18 años.

El trastorno antisocial de la conducta ha sido asociado con:

  • Maltrato infantil
  • Drogadicción o alcoholismo de parte de los progenitores
  • Conflictos familiares / hogares carenciados, disfuncionales o desorganizados
  • Anomalías genéticas
  • Bajo nivel socioeconómico / problemas sociales.
  • Síntomas de conductas sociales inadaptadas


Entre los síntomas del trastorno sociopático o comportamiento antisocial se encuentran:

  • Intimidación a otros
  • Iniciar combates físicos
  • Uso de un arma durante la lucha
  • Físicamente cruel con personas o animales
  • Destruyen propiedad ajena a propósito
  • Actividad sexual forzada
  • Robo
  • Comienza incendios
  • Vandalismo
  • Entradas ilegales a casas, coches o edificios
  • Mentiras excesivas o “estafas” a otros.
  • Una persona no tiene que presentar todos estos síntomas para tener conductas sociales inadaptadas o psicopatía.



Terapia para el comportamiento antisocial o conductas sociales inadaptadas

En general, las personas con trastorno de personalidad antisocial o conductas sociales inadaptadas no admiten que están frente a un problema.

Para que una persona con un comportamiento antisocial acepte un tratamiento psicológico, en general debe existir un estímulo externo que les fuerce a aceptar y seguir el tratamiento. Este estímulo que puede provenir desde su propia familia u ordenado por la justicia.

La terapia cognitiva puede modificar los patrones insanos de pensamiento y a estimular los comportamientos adaptados a la sociedad. En muchas ocasiones debe la terapia acompañarse con un tratamiento psiquiátrico que ayude con medicación a reducir conductas como la irritabilidad o agresividad. Aunque su efectividad suele ser escasa en este tipo de trastornos.

Estoy convencido, a no ser que alguien me diga lo contrario, que el perfil que les he dibujado se aproxima mucho a esos personajes que identificamos cuando somos niños, o adolescentes, en nuestras escuelas o institutos, en las universidades, en nuestro entorno laboral y en reuniones o especialmente en la jungla del asfalto: cuando vivimos en la carretera y podemos comprobar esas personas que:

  • no atienden a las normas del tráfico.
  • se pasan en rojo los semáforos.
  • no se ponen el cinturón de seguridad.
  • conducen en dirección prohibida.
  • a más velocidad de la que señala la vía.
  • no señalan sus movimientos, no ponen los intermitentes, luces, etc.
  • su comportamiento al volante es agresivo, inmoral y desconsiderado con los demás conductores.


Podría continuar con muchos más ejemplos, son individuos con los que nos encontramos cada día en la carretera. Son aquellos que acumulan sanciones y sanciones y, lo que es peor, la mayoría de las veces sobrepasan la raya y son los principales responsables de los más dramáticos accidentes que se producen y la mayoría de las veces con resultados de muerte.

Sí, estos personajes son los mismos que estos días se saltan a la torera las normas impuestas por el gobierno de la nación en el Estado de Alarma por el dichoso CORONAVIRUS-19. Leemos, escuchamos y vemos en los distintos medios de comunicación cómo este tipo de irresponsable sale de su confinamiento haciendo caso omiso a las normas y, lo que es peor, poniendo en peligro su salud y a la de los demás. Hacen fiestas multitudinarias, o son aquellos que, apoyados en sus comunidades, políticas o religiosas, obvian cualquier mandato impuesto por el bien de la mayoría.

Los tenemos identificados a todos en nuestra comunidad de vecinos, en nuestro barrio, en nuestra asociación, son aquellos personajes que tienen la necesidad de llamar la atención de los demás realizando actos que limitan la ética y moral de todos.

Lo mejor de esto, afortunadamente, es que son una gran minoría, seguro que ninguno podrá leer estás reflexiones, ya que dedican su tiempo libre a otros menesteres menos apropiados. Forman parte de círculo familiar, ese o esa que les trae de cabeza, y que algún día esa simpatía especial que desbordan por su arrojo, hace que cualquiera les dé una mala noticia, porque han sido responsables de la vida de alguien o de ellos mismos.

Afortunadamente, la mayoría somos solidarios, capaces de reconocer la labor altruista de los demás, aquellos que se juegan la vida cada día y que están ahí al píe del cañón, ayudando a los demás.

Por todos ellos y para todos ellos, mi aplauso de las ocho de la tarde, para animarlos a que sigan con su actitud solidaria. Mi artículo de hoy es un homenaje a ellos y ellas, y a todos los que creen y saben vivir en sociedad.

Por lo demás, para los otros, mi más sonora repulsa, al final SON SIEMPRE LOS MISMOS, por unas razones u otras, los que nos hacen la vida más complicada, ya sea a los mandos de un vehículo, o fastidiando con sus actitudes provocativas e insolidarias en los momentos más difíciles.

Quizás lo más hermoso es pensar en quien se preocupa en hacer el bien sin mirar a quien.

Para ellos y ellas, con mi afecto y respeto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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