Cuando el Brexit entra en su
fase final, la Unión Europea se está preparando para navegar por la negociación
más compleja de su historia. A finales de enero, la UE y el Reino Unido
comenzarán conversaciones sobre su futura relación, con la industria automotriz
británica en el centro de las discusiones.
Es probable que las
negociaciones sean una pelea aún más grande y más complicada que las
escaramuzas políticas sobre la decisión del Reino Unido de irse, con todo,
desde comercio hasta cooperación en materia de seguridad.
Un acuerdo requerirá la
aprobación de los 27 miembros restantes del bloque, y todos tienen sus propios
intereses nacionales diferentes en juego.
El primer ministro del Reino
Unido, Boris Johnson, ha hecho que el camino hacia un acuerdo sea aún más
difícil al comprometerse a usar Brexit como una oportunidad para romper con lo
que, según él, están sofocando las reglas de la UE.
Su decisión de dejarse solo 11
meses para llegar a un acuerdo se está tomando en las capitales europeas como
una señal de que tiene la intención de buscar solo un acuerdo limitado con la
UE.
"Ahora tendremos un
competidor en nuestra puerta", dijo la canciller alemana, Angela Merkel,
la semana pasada. "Un competidor que se esforzará por mostrar lo que tiene
frente a nuestra puerta".
La mayoría de los miembros de
la UE insisten en que comparten una agenda común en las inminentes
negociaciones. Quieren formar una relación comercial de arancel cero y
contingente cero; proteger la integridad del mercado único; y defender los
estándares regulatorios que aseguran igualdad de condiciones.
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